domingo, 7 de septiembre de 2014

Opinión personal (17): Construyendo la realidad: las "gafas" con las que miramos.

Desempolvo unos apuntes que ya creía olvidados tomados en un seminario que hice hace tiempo en Deusto sobre psicología aplicada. Al releerlos encuentro algunas observaciones interesantes sobre los llamados sesgos cognitivos..
Expongo, pues,  aquí -de manera bastante resumida- algunas notas sobre como "construimos" nuestra realidad.
Desde luego, son pinceladas, pero con ellas podemos reflexionar sobre el "cuadro" final que nos gustaría obtener o en el que, más o menos inconscientemente, vivimos.
Así, según el ponente, "Cuando alguien escribe o cuenta o describe algo siempre está hablando de sí mismo". Es decir: proyectamos a la más mínima incitación con todo lo que eso tiene de bueno y de malo.
También, esquematizando, "cuando pensamos lo hacemos fundamentalmente de tres formas diferentes ( y no siempre autoexcluentes)-1)Esquematizando (Asimilación/Acomodación);  -2) Utilizando el pensamiento automático (sistema de respuesta rápida, casi instintiva);
-3) Apropiándonos de errores (sesgos) de razonamiento y tamizando con ellos  la visión de la realidad".
Las tesis mantenidas en el seminario enseguida me hicieron recordar una  de las ínclitas películas de W. Allen  Melinda y Melinda. En ella el genial -e injustamente vituperado- director norteamericano planteaba la acción desde un punto de vista extraordinariamente oportuno al tema que nos ocupa, ya que partía de la hipótesis de que una historia puede vivirse y contarse desde dos perspectivas diferentes (por no decir completamente opuestas), según el esquema de razonamiento que elijamos o según predomine un tipo u otro de emocionalidad en nuestra particular cosmovisión.
Es decir, en lenguaje llano, según con el color de las gafas con que miremos la realidad (sesgos).
Parece evidente que, con pequeños matices, la vida puede ser una comedia o una tragedia.
Y no se trata de despreciar las emociones negativas (error de muchos bodrios de auto-ayuda), no: éstas son útiles y necesarias porque nos indican que algo que está pasando no nos gusta o nos puede perjudicar, obligándonos a reflexionar al respecto.
Se trata, más bien, de ser reflexivos con nuestros moldes de comportamiento.
Desde el momento en que somos capaces de percibir, todo lo que sucede a nuestro alrededor nos impacta de una manera u otra, aunque a veces pretendamos que no es así.
A partir de los tamices propios (que algunos gustan de llamar "gafas") construimos una realidad que es claramente subjetiva (aunque se puede encontrar anclajes de objetividad).
"Vemos la realidad con unas gafas que son en parte genéticas y en parte aprendidas (socio-culturales) pero que, además, contienen una parte de azar nada desdeñable.
Hasta que empieza el pensamiento crítico pasan trece o catorce años en los que absorbemos todo sin ese espíritu cuestionador que, posteriormente, y a medida de maduramos, se desarrollará de forma inevitable".
El problema -uno de los problemas- es que ese recomendable espíritu crítico no siempre se desarrolla bien, cuando no cae de lleno -lamentablemente- en los que los especialistas denominan "distorsiones cognitivas".
Reseño a continuación las más significativas en la certeza de que reconoceremos con bastante probabilidad muchas de ellas como propias (también -supongo- dependiendo del grado de auto-conocimiento o de auto-crítica como ajenas, pero dejemos que cada uno descubra su propia "viga" en el ojo).
1) GENERALIZACIÓN EXCESIVA: Se llega a conclusiones globales a partir de un solo incidente en concreto. Es un sesgo de muy fácil identificación porque en él abundan expresiones maximalistas típicas del todo o nada y en el vocabulario del que cae en este sesgo las expresiones "nunca","todo","siempre","nadie", "nada" son un clásico de la reiteración.
Se habla, por tanto, en términos absolutos y los matices son escasos cuando no inexistentes.

2) ATENCIÓN SELECTIVA: El pensamiento está excesivamente focalizado, dándose lo que comúnmente se denomina "visión de túnel", lo cual elimina de golpe, al igual que el sesgo anterior, los posibles matices.
La persona en este caso se aferra a unos detalles en concreto de la realidad a los que atribuye de forma obsesiva el origen de poco menos que todos sus problemas. Ojerizas y males de ojo pueden ser una versión supersticiosa de este sesgo, aunque en general se trata mas bien de atribuir de forma obsesiva un peso rotundo -que no lo merece- a acciones u omisiones de otros.
3) PENSAMIENTO DICOTÓMICO: Se ve la realidad como si la dividiésemos en dos mitades total e irremisiblemente opuestas. La persona ve el mundo en blanco y negro.
Elimina -como en los dos casos anteriores- casi todos los matices. No solo no hay posibilidad de "grises", sino que la realidad se vive como en contante confrontación, polarizando tendenciosamente los hechos según nos coloquemos en un lado u otro (estrategia inoculada muchas veces por ideologías políticas o sectas religiosas que necesitan ver claramente un enemigo sobre el que basar toda su acción)
4) LECTURA DE PENSAMIENTO: Trasladamos a los demás nuestra particular lógica y nuestra forma de ver las cosas como si nuestro punto de vista fuese el único posible.
Se parte de la lógica de que todas las personas piensan y actúan exactamente como uno mismo y no es posible, por lo tanto, que alguien piense con "otra" lógica.
Se muestran incapaces de entender otras posibilidades de enfoque.
5) PERSONALIZACIÓN: Esta distorsión cognitiva describe la tendencia a relacionar cualquier cosa del ambiente con uno mismo. Todo gira alrededor de uno y no hay actuación o comentario que no sea interpretado personalmente
Implica compararse constantemente con los demás y se interpreta cada experiencia, cada conversación, cada mirada, como una señal para analizarse y valorarse a sí mismo.
Se entra en una especie de tiovivo existencial en el que todo gira (hasta el mareo) alrededor de uno.
6) LA FALACIA DEL CONTROL: Se da cuando la persona se ve a sí misma como impotente, externamente controlado, indefenso, en manos del destino o del azar......
O, también, todo lo contrario: cuando se siente omnipotente y responsable de todo lo que ocurre a su alrededor.
7) LA FALACIA DE LA JUSTICIA: Se basa en la creencia de que el mundo es intrínsecamente injusto y la justicia es una evaluación subjetiva de lo que uno espera o desea de otra persona.
8) RAZONAMIENTO EMOCIONAL: Este error consiste en convertir lo que una persona siente en el único factor verdadero o a tener en cuenta.
Si se siente culpable es que algo malo ha hecho y "es culpable". Se usa la emoción como base para afirmar que lo que ellos piensan es inexcusablemente cierto y que no puede ser de otra forma.
Se otorga a la emocionalidad una certeza absoluta sin cuestionarla y olvidando que "si el corazón tiene sus razones", la mente también tiene las suyas. 
El problema es que las emociones, por sí mismas, no tienen ninguna validez: son meros productos del pensamiento y necesitan tanta depuración como este.
9) LA FALACIA DEL CAMBIO: Esta distorsión lleva al sujeto a creer que una persona cambiará para adaptarse a nosotros, si es presionada lo suficiente.
La atención y la energía se dirigen hacia los demás porque la esperanza de felicidad se encuentra en conseguir que los demás satisfagan nuestras necesidades.
La estrategia es culpar, exigir, negociar con los otros.
El resultado normal es que el otro se cohíba o se sienta atacado y no cambie (se enroque), complicando todavía más la relación.
10) ETIQUETACIÓN: Se opta por aplicar etiquetas estereotipadas a clases enteras de personas, cosas o conductas. También a uno mismo, lo que, evidentemente, actúa como una losa en las posibilidades de actuación del individuo.
11 -y última-) "DEBERÍAS": Consiste en considerar los propios gustos o preferencias, expectativas, como reglas universales que todos  a nuestro alrededor deberían seguir inexorablemente.
Cuando alguien empieza con el "tu deberías" -aunque pueda estar cargado de buenas intenciones- es seguro que va a transmitir "su" visión y "su" deseo, más que a ponerse en el lugar del otro.

Con esta "colección" de sesgos, de colores de gafas, vemos la realidad -que creemos objetiva e inalterable- la mayoría de nosotros.
¿Que gafas predominan en uno?
Todas las imágenes y/o vídeos que se muestran  corresponden al artista o artistas referenciados.
Su exposición en este blog pretende ser un homenaje y una contribución a la difusión de obras dignas de reconocimiento cultural, sin ninguna merma a los derechos que correspondan a sus legítimos propietarios.
En ningún caso hay en este blog interés económico directo ni indirecto.
Texto: Javier Nebot
(Artículo revisado y actualizado a 21 de enero del 2019)

2 comentarios:

  1. Sí, la realidad se construye subjetivamente y generalmente bajo una errónea percepción, pues, cuando nos educaron a ver lo que pasa con toda esa red de pensamientos y experiencias que a lo largo de tu vida tienes?
    Errónea percepción, errónea deducción.
    La filosofía del yoga dice que las fluctuaciones mentales son de cinco tipos (a grandes rasgos): las derivadas de la ignorancia, del apego, del rechazo, del egoísmo y del temor a la muerte. Ellas te dan la experiencia del sufrimiento. Por otro lado, el conocimiento (desde uno intuitivo, producto de la meditación hasta uno científico, producto de la experiencia objetiva) y el desapego te conducen a un sentimiento de calma y alegría.
    Saludos

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  2. Me parece una análisis certero. La psicología oriental, ya sea a través de sus religiones o de procesos meditativos, tiene mucho que aportar a la psicología occidental. Hay mucho interesante e importante a la hora de repensar la psicología de la autorrealización. Probablemente, aunque como ciencia en psicologia se opta por criterios de validez universal, la plasmación efectiva de determinados matices culturales y el aprovechamiento de sabidurías ancestrales parece un camino inteligente a seguir.

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