jueves, 31 de marzo de 2022

Londres - National Portrait Gallery (Lugares (73)).

La Galería Nacional de Retratos (National Portrait Galley) de Londres fue fundada en 1856.

El objetivo de la colección era dejar constancia de los personajes más importantes de Gran Bretaña. En la actualidad, sus colecciones son una buena muestra de la muy diversa y compleja sociedad británica y el museo es un magnífico lugar en donde disfrutar de los mejores retratistas de diferentes épocas.

El edificio actual fue diseñado por Ewan Christian en un estilo muy formal, neorrenacentista. Posteriormente, se realizaron dos ampliaciones, la primera en 1933 por Lord Duveen; la segunda, mucho más reciente, se abrió en el año 2000 y fue realizada por Christopher Ondaatje.

 Inicio - Galería Nacional de Retratos (npg.org.uk)

































Todas las imágenes y/o vídeos que se muestran  corresponden al artista o artistas referenciados.
Su exposición en este blog pretende ser un homenaje y una contribución a la difusión de obras dignas de reconocimiento cultural, sin ninguna merma a los derechos que correspondan a sus legítimos propietarios.
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Fotos: Javier Nebot

viernes, 25 de marzo de 2022

La Edad Media en el cine (6). Un Robin Hood maduro: "Robin y Marian" (Richard Lester, 1976)

 La película de la que vamos a hablar a continuación dio a nuestro héroe medieval, Robin Hood, un tratamiento muy, pero que muy diferente al que vimos en la entrada anterior de esta sección, a pesar de sus grandes dosis de ironía. 

Se trata de “Robin y Marian” (1976), de Richard Lester.


Si “Robin de los Bosques” (1938) nos mostraba al héroe vigoroso y optimista, inasequible al desaliento y lleno de ilusiones por su pueblo y por su rey, “Robin y Marian” (1976), nos lo muestra en plena decadencia. Decadencia impuesta por los años –que no han pasado en balde-, por el desencanto producido por ideales desinflados y por el desengaño –inevitable- causado por muchas de las personas a las que antes admiraba. 


No cabe duda que que en este sentido, “Robin y Marian” es un relato crepuscular y podría resultar, al contrario de la película de 1938, algo descorazonador, deprimente, si no fuese porque Lester es capaz de contarnos todo ello con grandes dosis de ironía e inteligencia y porque las actuaciones de sus protagonistas, Sean Connery y Audrey Hepburn, rebosan de sensibilidad y de talento suficiente como para que podamos atisbar una vejez no anclada en el resabio y la acritud sino capaz de superar, con dificultades pero superar, el desencanto de lo vivido y la melancolía de lo perdido. 


Vejez sabia (y escasa), pues. Lógicamente, al trasladarse la acción a casi veinte años después de la historia conocida por todos, el argumento varía aunque mantenga claves comunes y, como no podía ser menos, cuente con los personajes esenciales: Robin y Little John (Nicol Williamson, futuro Merlín en Excalibur), después de años y años combatiendo en las Cruzadas junto con el rey Ricardo (Richard Harris), deciden regresar, a la muerte de éste, a Inglaterra. 

Lo hacen cansados físicamente, pero también moralmente. 

En Sherwood el antiguo enemigo de Robin, el sheriff de Nottingham (Robert Shaw) sigue conservando su puesto y se ha convertido en un hombre bastante menos zafio de lo que estamos acostumbrados a ver en otras versiones; Marian, que se quedó sola y abandonada ante los furores guerreros de su amado, es ahora una abadesa resuelta y temperamental. 
Se producen, claro, los esperados encuentros y los lógicos desencuentros entre los antiguos amantes y con los amigos del bosque, pero todo se hace dentro de un proceso de revisión del héroe y del mito que, ciertamente, funciona (no olvidemos que el cine de los sesenta y setenta estaba en plena fase de cuestionamiento y desmitificación y que en esos años se filmaron numerosas películas revisionistas en las que prosperaron todo tipo de antihéroes y las visiones desencantadas de las historias que antes siempre fueron contadas como gloriosas) (1)



Uno de los aspectos que hay que resaltar de la película es el maravilloso guion escrito por James Goldman que da lugar a diálogos ingeniosos y llenos de pleno sentido en el contexto del film y que nos muestra, sin alarmismos y con humor, la decadencia física y el agotamiento emocional de los protagonistas, tanto por lo mucho que han vivido como por lo que no les fue posible vivir. 
Robin Hood se empeña en negar su vejez y sus limitaciones ante una asombrosa (y asombrada) Marian que solo quiere recuperar el tiempo perdido y, sobre todo, no volver a perder a su amado. 


En la Edad Media, en la auténtica, ser fuerte era un requisito esencial para la supervivencia (2). 
Había unos altísimos indices de mortalidad (por muy diferentes motivos) y pocos superaban los cincuenta años. Las propias exigencias vitales y sociales de la época eran absolutamente tremendas y cuando no surgían guerras o enfrentamientos señoriales, se producían avatares climatológicos que diezmaban la producción agrícola y con ella la obtención de alimentos. Surgían también enfermedades o plagas que arrasaban tanto a los animales como a los humanos. Para aquellos que llegaban a edades avanzadas, la mirada de sus coetáneos oscilaba entre la admiración y el rechazo. Admiración por lo que podía tener de excepcional y de sabiduría (aunque el binomio vejez/sabiduría nunca ha tenido una causalidad obvia), rechazo por lo que significaba de dependencia y fragilidad y, en algunos casos, incluso, de malignidad (casi todo lo excepcional se miraba siempre de reojo y con prevención). 
Lester, en su película, nos hace ver que la vejez, en esos tiempos, era un verdadero hándicap ya que implicaba debilidad e indefensión. El director estadounidense no tiene ningún reparo en mostrarnos a un Robin Hood fondón y torpón que, lo admita o no, ha perdido habilidades físicas y guerreras y que, cuando se enfrenta en duelo final al sheriff de Nottingham, resiste poco y mal y, como era de esperar, cae. 
Con las botas puestas, pero cae. 
Muy lejos, ciertamente, de las peripecias cuasi circenses de Robin/Flynn o, como veremos, de Dardo/Lancaster, aunque mucho más cerca de la –a veces penosa- realidad. 


La película termina con una de las declaraciones de amor más bellas que he podido ver en pantalla, emitida por una Mariam que sabe que el amor de su vida va a morir y decide acompañarle, tras beber los dos una pócima que evite el dolor: “Te amo. Te amo más que a todo. Más que a los niños, más que a los campos que planté con mis manos, más que a la plegaria de la mañana o que a la paz, más que a nuestros alimentos; te amo más que al amor, o a la alegría, o a la vida entera. Te amo más que a Dios”. 



Una declaración de amor potente y sincera que le acerca mucho al amor apasionado y desbordante que debió sentir Eloísa por su Abelardo (3).



En la próxima entrada, terminamos este acercamiento a Robin Hood con un personaje muy cercano a él: el Dardo de “El halcón y la flecha” (1950), dirigida por Jacques Tourneur.

Próxima entrada:
5 de abril del 2022.

Notas
1). La ola de revisionismo afectó a todo tipo de géneros incluidos aquellos que se consideraban prototípicamente americanos como el western o temas tabú como la guerra de Vietnam. Fue un esfuerzo posmoderno, valiente y bienintencionado, por contar el pasado y el presente de una forma alejada de los triunfalismos imperantes hasta ese momento y haciendo críticas de ideas, valores, situaciones y personas. Produjo, como todas las revisiones ideológicas, algunas obras muy buenas y otras muchas que fueron panfletos de muy poca entidad, más allá del impacto que tuviesen en su momento. En la parte positiva, la ampliación de perspectivas y la recuperación de realidades olvidadas o tergiversadas; en la parte negativa, el pesimismo lacerante y el mea culpa constante (de cansina –por reiterada- procedencia judeo-cristiana, revestida de pseudo ideología progresista).
2). Chris Wickham, experto medievalista británico, incide –como también hacen de hecho otros autores- en la necesidad de la fuerza en muchos aspectos de la vida medieval. Las amenazas al honor y a la reputación se resolvían muchas veces violentamente. “La violencia era tenida por una acción lo suficientemente respetable en sí misma como para constituirse en estrategia en los procesos judiciales: los atentados contra las propiedades de terceras personas eran una forma de mostrar la seriedad necesaria que al litigante le resultaría más fácil llevar a su oponente ante los tribunales.” (p.41); “las muertes dictadas por cuestiones de venganza eran algo normal, además de acciones honorables en sí mismas(p.42); “los hombres que tenían verdadero miedo a la violencia, por ejemplo (circunstancia en la que podríamos incluirnos actualmente muchos de nosotros), no contaban con muchas posibilidades de lograr demasiada estima social en las aldeas comunes y corrientes, a menos que fuesen clérigos y quedaran por tanto exentos, hasta cierto punto, de la comisión de actos violentos(p.45). Las citas proceden de su obra: “Europa en la Edad media. Una nueva interpretación”.
3). La historia de los amores de Abelardo (de 37 años, profesor) y Eloísa (de 17 años, alumna) tuvo enorme resonancia en su época (siglo XII). No fue una historia siempre feliz (de hecho hubo una castración por medio), pero si fue intensa y dio lugar a muchas especulaciones. 

Entradas anteriores.:





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Texto: Javier Nebot

martes, 22 de marzo de 2022

Recordando la Historia (4): Inicios del siglo XX. 1900. Estreno de Tosca. Primer vuelo del dirigible Zeppelin.

 El 14 de enero de 1900 se estrenó en Roma la ópera TOSCA.

https://ociointeligenteparavivirmejor.blogspot.com/2022/03/recordando-la-historia-4-inicios-del.html

Fue un fracaso.

Sin embargo, con el paso del tiempo, tanto esta obra como otras muchas composiciones de Puccini se convertirían en piezas esenciales del repertorio operístico.
El libreto estaba basado en un melodrama del francés Victorien Sardou.

Biografía de Victorien Sardou (Su vida, historia, bio resumida) (buscabiografias.com)

Durante un ensayo de la obra un tenor acreditado para el papel principal falló y hubo que recurrir a un sustituto. 

Se presentó un joven que pasó la prueba de forma particularmente brillante al cantar el aria "Recóndita armonía". "Te ha enviado Dios", le comentó el compositor. El neófito en cuestión era Enrico Caruso.

Enrico Caruso. El mejor tenor de la historia. | iOpera

(4074) Enrico CARUSO. E lucevan le stelle. Tosca. (Remasterizado). - YouTube

https://ociointeligenteparavivirmejor.blogspot.com/2022/03/recordando-la-historia-4-inicios-del.html

Se alza el telón para Tosca - Actualidad TuAMC

Puccini. Hoy 14 de enero de 1900 estreno mundial de "TRadio Perfil | El 14 de enero de 1900 se estrenó en Roma la ópera “Tosca”, de Giacomo Pucciniosca", la ópera más wagneriana de Puccini — Español (efemeridespedrobeltran.com)

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El nuevo siglo se inició con bastante euforia en Wall Street.

La población mundial se estimaba en unos 1.608 millones de habitantes, aproximadamente.

En España la población asciende a 18.594.405.

(4074) Población Mundial 1800-1900 (World Population) - YouTube

(4074) Human Population Through Time - YouTube

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Eduardo Dato, ministro de la Gobernación (España), promovió la ley de accidentes de trabajo y la del trabajo de mujeres y niños.

https://ociointeligenteparavivirmejor.blogspot.com/2022/03/recordando-la-historia-4-inicios-del.html


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El conde Ferdinand von Zeppelin consiguió hacer volar un dirigible de 128 metros de largo a principios de julio de 1900 sobre el lago Constanza, en Alemania.

https://ociointeligenteparavivirmejor.blogspot.com/2022/03/recordando-la-historia-4-inicios-del.html


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Texto: Javier Nebot

viernes, 18 de marzo de 2022

Música Barroca (40): Alfonso Fontanelli (Reggio Emilia 1557-1622).

Alfonso Fontanelli fue un compositor italiano, del Renacimiento tardío, que haciendo gala y honor de la época en la que nació también desarrolló carrera como escritor, diplomático y cortesano.
Noble de nacimiento, tuvo el privilegio de una educación esmerada en la que no se descuidó la música. Gasparo Pratoneri fue uno de sus maestros.

En 1584 comenzó su carrera como cortesano, estadista y músico, al servicio de una de las familias italianas más relevantes, los Este de Ferrara.
Hacia 1586 viajó por primera vez a Roma y allí conoció al madrigalista Luca Marenzio y a diversos miembros de la llamada Escuela Romana de composición.

A medida que creció su prestigio como diplomático también aumentó su reputación como compositor, siendo nombrado consejero de la Accademia de Parteni en Ferrara. 
Diversos avatares (los Estados Pontificios absorbieron Ferrara) hicieron que la familia Este tuviese que exiliarse a Módena y con ella Fontanelli inició un periplo personal que le llevó a la corte de los Medici en Florencia y a la de los Gonzaga en Mantua.




 En 1594, el compositor realizó una extensa gira junto a Carlo Gesualdo (un músico que ha pasado a la historia con fama de asesino) y visitaron Venecia, Florencia, Nápoles, y Venosa. ​ 

Carlo Gesualdo - Música, videos, estadísticas y fotos | Last.fm

 En noviembre de 1601, Fontanelli descubrió que su mujer le era infiel y para limpiar su honor asesinó a su amante (Gesualdo, menos caritativo, en circunstancias similares, asesinó ambos; Fontanelli perdonó la vida a su mujer). Lógicamente, fue castigado por su crimen, le quitaron  por ello sus posesiones y fue expulsado de las tierras de los Este. 

Tuvo que exiliarse a Roma y encontró refugio y apoyo en la casa del cardenal Alessandro d'Este, hermano más joven del duque Cesare quien le había expulsado de Módena. 

Allí continuó su vida musical. Hacia 1605 recuperó su relación con el duque y fue nombrado representante oficial de los Este en Roma. 

En la actualidad no se sabe si su rehabilitación tuvo origen en haberse arrepentido del asesinato o en sus excepcionales habilidades como diplomático.

Con el tiempo, volvió a realizar numerosos viajes, incluyendo una estancia en Florencia para intentar mediar en un conflicto entre músicos de la corte de los Médici y una visita a España entre 1611 y 1612 representando a los Este. 

En 1615 Fontanelli residía de nuevo en Roma, siendo un personaje influyente en la vida musical de la ciudad, aunque no se conservan registros de trabajo alguno de ese período. 

 Fontanelli fue consagrado sacerdote en 1621, y murió a principios de 1622 al parecer por la picadura de un insecto mientras se encontraba en el oratorio de la Chiesa Nuova.

Alfonso Fontanelli - Música e influencias, Biografía | KripKit


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martes, 15 de marzo de 2022

Opinión personal (94): La Edad Media en el cine (5): Un héroe de leyenda: Robin Hood.

 -De una heroína mítica a un mito heroico (y de novela). “Robin de los bosques” (1938). Michael Curtiz/ William Keighley. 

La historia de Robin de los Bosques se remonta, más o menos, al siglo XIV, cuando surgieron baladas que narraban las peripecias de un forajido de buen corazón que fustigaba siempre que podía a nobles avariciosos (1). Parece ser cierta, históricamente, la existencia de diversos forajidos que desafiaron la apropiación, por parte de la nobleza, de algunas tierras comunales. Ésta se auto legitimaba, de cuando en cuando, para adueñarse de las mismas y acrecentar su patrimonio y, lógicamente, tal hecho no era bien visto por el campesinado…pero lo de repartir el botín entre los pobres fue más la expresión de un anhelo popular que la plasmación de una realidad contrastable

Eso no evitó que la historia calase profundamente en quienes la escuchaban y que, a medida que se transmitía a las posteriores generaciones, fuese adquiriendo más matices “sociales” y narrativos. Fue también reinterpretada a través de la mirada medievalista del siglo XIX y por talentos como el del ya mencionado en posts anteriores Walter Scott.  Este novelista escocés idealizó bastante la figura del buen ladrón hasta convertirlo en una especie de paladín de los sajones contra los normandos y abanderado del pueblo oprimido. 

El cine, tal y como he referido, no desaprovechó en absoluto un personaje tan seductor y muy pronto surgieron versiones de éxito. Douglas Fairbanks le dio vida en 1922 (2) y su interpretación atlética y saltarina gustó tanto que mediatizó, sin la menor duda, la del Robin Hood prototípico: Errol Flynn.





El Robin Hood encarnado por Errol Flynn es un héroe justiciero, irónico y aventurero. También bastante jactancioso y bravucón, pero en el fondo, como se suele decir, “un buen chico”, leal a su rey y a sus compañeros de fatigas, los Merry men. 
Además fue un tipo que supo lucir como nadie unos impecables leotardos verdes y un gorrito con pluma que se convirtieron en iconos esenciales del personaje (¡lo cual es un mérito nada despreciable!). 
Como bien señalan Jorge Alonso, Enrique A. Mastache y Juan José Alonso en su muy interesante –y divertido- libro “La edad media en el cine”: “Errol Flynn y su traje verde es el joven Robin Hood; Sean Connery barbudo y desencantado es el viejo Robin Hood en Robin y Marian (1976), de Richard Lester; y Burt Lancaster es Robin Hood con otro nombre, Dardo, trasladado a Lombardía. Aquí están todos los que son(Op. Cit. P.41)
Por descontado, no puedo estar más de acuerdo con tal opinión y de los tres héroes hablaremos a continuación.


Robin de los bosques”, la película de Michael Curtiz y William Keighley es, sobre todo, una película de aventuras y, de hecho, se la considera hoy en día como uno de los ejemplos más sobresalientes del género, pero eso no quita que al ubicarse en un muy concreto momento histórico, la Inglaterra de Ricardo Corazón de León, la podamos incluir como un referente del cine histórico (dentro, claro, del contexto hollywoodense de los años treinta y cuarenta). 
El argumento es bien conocido por todos ya que se ha repetido, con ligeras variaciones, en las diversas adaptaciones que se han hecho del relato hasta prácticamente hoy en día (la última versión es del 2018): Robin y sus colegas forman una alegre cuadrilla que, entre farra y farra, se dedican a asaltar a nobles que colaboran sin reparos con los pérfidos normandos, mientras Ricardo, legítimo –aunque ausente- rey de Inglaterra, hace lo posible por cambiar el mundo (o su vida) luchando en las Cruzadas. Mientras tanto su hermano Juan, intrigante profesional (no deja de ser un Plantagenet), intenta hacerse con la corona de Ricardo cardo (cosa que finalmente consiguió). 


Desde luego –es un film norteamericano-, no se plantea en ningún momento, ni por activa ni por pasiva, el mostrar un conflicto social que pudiese entenderse como lucha de clases: Robin Hood y sus simpatizantes luchan por y para sí mismos y por su particular sentido de la justicia; también lo hacen por quien reconocen como su legítimo rey, Ricardo, pero no cuestionan nunca el sistema aunque muestren un deseo de volver a una especie de país soñado (y, mal que les pese, nunca existente). 

Si Arturo, como veremos más adelante en otro post, es el prototipo del héroe de la nobleza, Robin se convierte en el arquetipo del héroe popular. Ambos, para que vamos a engañarnos, bastante improbables, pero con suficiente capacidad de seducción como para haber llegado hasta nuestros días (y sobrevivir, a pesar de algunos largometrajes realmente desastrosos).


El film que nos ocupa, analizado de forma profusa por diversos expertos en cine e historia (3), tuvo una dirección bicéfala. 
El poderoso Jack L. Warner, jefe de la Warner Bros, encomendó la tarea primero a William Dieterle, aunque algunos desencuentros hicieron que los productores específicos del film decidiesen cambiarlo por William Keighley (con todo se conservaron algunas escenas dirigidas por Dieterle). 
El nuevo director, por lo visto, tampoco acabó de convencer a los responsables finales de la película al imprimió al rodaje un estilo excesivamente lirico y, finalmente, optaron por cambiarlo por el húngaro Michael Curtiz (un director que triunfaría plenamente, poco después, con un film muy diferente, la hoy muy aclamada “Casablanca” (1942)). 
Los entresijos del rodaje de este largometraje, que al igual que los de otras muchas darían para más de un chascarrillo, exceden de las pretensiones de estos posts, pero baste decir que a pesar de la animosidad de Flynn contra Curtiz -al que consideraba un tirano- este último culminó la película consiguiendo hacer de ella un éxito con la suficiente calidad como para sobrevivir con suficiente brío al paso del tiempo. 


La ambientación de la película está claramente mediatizada por la estética, de exigente colorido, impuesta por el novedoso Technicolor. 
Es verdad que a veces olvidamos que la verdadera Edad Media tuvo, en muchos momentos, colores vivos y vibrantes, aunque, probablemente, salvo en lugares muy contados, no lo fueron tanto como los usados en esta película que establece, además, cierto juego simbólico con los mismos. 


Los responsables de la puesta en escena no solo pretendieron dar espectacularidad y belleza a la historia luciendo la nueva técnica en cada fotograma sino, también, distinguir personajes y situaciones a través de los colores: Lógicamente, el marrón y el verde, son los colores del bosque y, por lo tanto, los de los hombres que habitan en él. Los bosques, que dominaban en aquel momento el paisaje europeo, al menos en el norte, tenían en esa época un papel fundamental para la economía (caza, recolección, pastos, madera etc.) pero tenían, también, muchas veces, fama de ser lugares peligrosos y embrujados. Los protagonistas de nuestra historia se funden con sus vestimentas en el bosque de Sherwood y resultan así casi invisibles para quienes intentan fustigarlos y capturarlos. 
Sin embargo, la nobleza requiere visibilidad ostentosa para demostrar su dominio y poder y sus atuendos tienen colores más fríos, metálicos y brillantes, imponiendo de esta forma una gran distancia visual y estética con el pueblo que, mal que le pese, siempre ha estado más cercano a lo “terrenal


Merece la pena señalar que la banda sonora de esta película, a cargo del genial Erich Wolfang Korngold, recibió un Óscar a la Mejor Música. No se trata de música medieval, obviamente. No hubiese sido algo propio de la época en que se filmó la película ni, probablemente, tampoco hubiese otorgado un plus al tipo de relato que es, pero la música de Korngold sí logra transmitir un gran dinamismo y contribuye, ciertamente, a recalcar la buena marcha de la acción y a generar la sensación de optimismo permanente que se desprende siempre de este largometraje, que, como bien señalan los mencionados autores de “La Edad Media en el cine”: “Es un cuento de hadas en tecnicolor, no un documental sobre el Medievo(Op.cit.p. 52). 


En la próxima entrada hablaremos de una película que dio a nuestro héroe medieval un tratamiento muy, pero que muy diferente al que acabamos de ver, a pesar de sus grandes dosis de ironía. 
Se trata de la magnífica “Robin y Marian” (1976), de Richard Lester.

Notas.:
(1). La primera mención a la leyenda de Robin Hood aparece en “Piers Plowman”, obra de William Langland escrita en 1337. Robin empezó siendo un granuja, aunque acabaría convirtiéndose en un héroe a la vieja usanza, luchando por la justicia.
También se conservan leyendas medievales de Robin Hood en baladas como “Robin y el monje” (1450), el poema “Una aventura de Robin Hood” (finales del siglo XV) y “Robin Hood y el alfarero” (1503) (Referidos en “La Edad Media en el cine”, Op.cit.p.48). 
(2). Douglas Fairbanks fue un actor, guionista, director y productor norteamericano que cosechó muchos éxitos y con ellos una enorme popularidad. Fue uno de los fundadores de la United Artists. Destacó en las películas mudas con personajes de capa de espada y entre ellos el de Robin Hood al que dotó de un talente animoso y acrobático que crearía escuela.
En esta película la estética prerrafaelista es evidente por omnipresente.
(3). Las principales películas basadas en Robin Hood han merecido análisis abundantes desde diversos puntos de vista pero, fundamentalmente, desde el e histórico. En la bibliografía usada para estos posts se mencionan tres libros esenciales al respecto. En las revistas especializadas de cine (sobre todo Dirigido por), las diversas críticas de cada una de las diferentes versiones realizadas a lo largo de décadas aportan una visión completa del mito y de su tratamiento

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Próxima entrada: 25 de marzo del 2022


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