lunes, 30 de mayo de 2016

Pequeño Tour Italia (2): Piacenza.

De una ciudad grande y populosa como Milán a otra pequeña, de apenas cien mil habitantes, y muy diferente: Piacenza (región de Emilia Romaña).

No soy una persona que se deje afectar por el tiempo climatológico, pero tengo que reconocer que la llegada a nuestro nuevo destino quedó bastante deslucida por el cielo gris y la lluvia que se mostró, durante todo el día, insolentemente pertinaz.
Sin embargo, y a pesar del poco brío colorista de las fotos que muestro en este post, Piacenza tiene el encanto de esas ciudades con historia que viven su existencia con tranquilidad y ajenas a las multitudes turísticas que tantas veces desvirtúan los centros históricos de las ciudades convirtiéndolos en poco más que parques temáticos.
Los edificios que puede ver el visitante tienen personalidad y encanto.

Los empleados de la oficina de información turística resultaron ser muy amables y fue de agradecer la abundancia de folletos pensados para guiar al visitante por la ciudad en función de cuales fuesen sus particulares intereses ("Piacenza entre el 660 y el 770"; "Piacenza medieval", "Piacenza tierra de Verdi", "Piacenza ciudad de teatro" etc.)


Palazzo Gótico (1281).


Teatro Municipal.

Iglesia de San Antonino.



Iglesia de San Antonino.

"El primer edificio sagrado dedicado a Sant'Antonino en Piacenza fue encargado por san Vittore, el primer obispo de Piacenza y construido entre 350 y 375 en una posición aislada, fuera del círculo de la muralla de la ciudad, en la zona donde se levantaría más tarde el crucero de la siguiente Basílica. En el año 400, por el obispo de Piacenza Savino se llevó a cabo el traslado de las Reliquias de Sant'Antonino, procedentes de un Hipogeo de la época romana situado debajo de la Iglesia de Santa María en Cortina, a unos diez metros de la Basílica. La Iglesia desempeñó el papel de la Catedral de Piacenza hasta 850 cuando se tomó la decisión de transferir la catedral dentro de las murallas de la ciudad: después de eso, el papel de la Iglesia perdió su importancia, sin embargo, debido a la ubicación estratégica y la importancia hasta ese momento, en 870 el obispo de Piacenza, Pablo decidió ordenar la reconstrucción. Durante las obras se añadieron dos brazos laterales dispuestos en cruz y un tiburón de forma cuadrada colocado en la intersección de los brazos. En 869, el rey de Lotaringia, Lotario II, murió cerca de Piacenza, en su camino de regreso a su reino desde Roma, donde había tenido una reunión con el Papa Adriano II. 

Debido a su posición fuera de las murallas de la ciudad, fue gravemente dañada durante las invasiones de los húngaros durante la primera mitad del siglo X. Después de esto, en 1014, el obispo de Piacenza Sigifredo decidió una nueva reconstrucción del edificio en la que el sistema original fue radicalmente revisado... Entre 1171 y 1172, el portal del Paraíso fue tallado en el lado norte del edificio, con las efigies de Adán y Eva. En 1183 la Iglesia acogió una reunión entre los delegados de la Liga Lombarda y el emperador Federico Barbarroja que se reunieron allí para firmar los preliminares de la paz de Constanza. 

En 1350 el transepto izquierdo se amplió con el edificio, frente al portal Del Paradiso, del pórtico homónimo, diseñado por el arquitecto Pietro Vago. En 1483 se construyó el claustro, uno de cuyos lados sería destruido más tarde, mientras que en 1495 el techo original de madera fue reemplazado por bóvedas góticas exapartitas. En 1562, siguiendo algunas disposiciones emitidas durante el Concilio de Trento, el coro se alargó en el espacio obtenido de la demolición del ábside principal. En 1622 las bóvedas del nuevo ábside fueron pintadas por el pintor Camillo Gavasetti; en los años siguientes se hicieron algunas capillas en los pasillos y se introdujeron nuevas decoraciones barrocas, incluido un portal, colocado en la fachada oeste. Entre 1853 y 1856 se llevaron a cabo otras obras según los estilos del eclecticismo decimonónico, entre las que destacan el revestimiento de los capiteles, yesos y estuco en estilo neogótico floral. Entre 1925 y 1930 se realizaron importantes trabajos de restauración, bajo la declaración del arquitecto Piacentino Giulio Ulisse Arata, que trabajó con la intención de restaurar el aspecto original del edificio sagrado, eliminando, entre otros, el lugar del portal barroco en la fachada oeste, y demoliendo dos capillas laterales que datan del siglo XVI."

Iglesia de San Antonino.

(Horario de apertura: días laborables de 8.00-12.00 y 16.00-19.00. festivos: 8.30-12, 20.00-21.30)
Lo de los horarios de los monumentos es algo esencial en Italia porque a veces difieren bastante de los que los españoles podemos entender como "normal". Es importante, nada más llegar al núcleo de la visita, acudir a la Info-tourist y asesorarse al respecto para poder planificarla adecuadamente.

Il Duomo.




Il Duomo/Catedral de Piacenza.
Horarios: todos los días de 7.30-12.00 y de 16.00-19.00
Fue construido entre el 1122 y 1233.
Está dedicado a la Asunción. 
En lo alto del campanile hay un ángel dorado de 1341.

"La catedral de Piacenza, importante ejemplo de la arquitectura románica en Italia, fue construida entre los años 1122 y 1233. Entre 1122 y 1160 se construyó la zona del ábside, con la cripta, el transepto y las naves laterales. La fachada y la cúpula fueron terminadas posteriormente. La construcción del campanario se prolongó hasta 1333 y en 1341 fue coronado con una escultura de cobre dorado que representa un ángel, llamada Angil dal Dom.

En los siglos posteriores, la iglesia fue enriquecida con decoraciones, capillas y altares. Todas estas adiciones fueron eliminadas por la restauración realizada entre 1897 y 1902 por voluntad del obispo de Piacenza Giovanni Battista Scalabrini."

Catedral de Piacenza - Wikipedia, la enciclopedia libre


Estatua ecuestre de Alejandro Farnese (F, Mochi, bronce, 1612), en la Plaza Cavalli.

Piazza Cavalli.

No observé en la ciudad los reclamos típicos de restaurantes para turistas o de chuminadas de recuerdo (made en el imperio chino), que resultan tan del agrado de algunos viajeros.
La visita consistió, sobre todo, en disfrutar de un día típico de una ciudad de provincias, con italianos que hacían su vida cotidiana sin ningún tipo de interferencia por los pocos visitantes -viajeros o turistas- que nos distinguíamos, fundamentalmente, por llevar cámara de fotos o por encontrarnos en iglesias con comunes miradas de admiración por lo que estábamos viendo.

Piacenza, en cualquier caso, dispone de varios museos pequeños (Galleria e Collegio Alberoni; Museo cívico de historia natural, Museo cívico del Palazzo Farnese, Pequeño museo de la Poesía, Museo Palazzo costa etc).

Llevado por mi interés por la pintura visitamos la Galería de Arte Moderno Ricci Oddi.

Un museo pequeño que se puede visitar con calma aproximadamente entre una hora y hora y media. Está repleto de obras de pintores italianos, quizás no excesivamente conocidos por los españoles, pero sumamente interesantes de ver. 
Además resultó un placer añadido poder pasearse por las diversas salas con la compañía de poquísimas personas -o en solitario, incluso-, supongo que  por ser un museo de provincias o, quizás, por haber efectuado la visita en día laborable (cierran los lunes).

"En el centro de la Galería Ricci Oddi se encuentra la figura de su fundador, el coleccionista Giuseppe Ricci Oddi Piacenza (1868-1937). La colección incluye una amplia gama de obras que representan paisajes, retratos y bodegones. Las obras expuestas están firmadas por artistas del calibre de Hayez, Boldini, Segantini, Previati, Sartorio, Mancini, Pellizza From Volpedo, Fontanesi con la adición de una prestigiosa colección de pinturas donadas, cuarenta Tuscan Macchiaioli en préstamo a la galería durante diez años.  
La Galería se puede visitar de martes a jueves de 9.30 a 12.30 horas de viernes a domingo de 9.30 a 12.30 y de 15.00 a 18.00 Cerrado Lunes - último jueves del mes gratis TICKET completo € 5.00 reducido € 3.50 Escuelas € 2.50 Audioguías en italiano e inglés € 2,00"

"La inauguración de 1931

La Galería Ricci Oddi fue inaugurada en octubre de 1931, en ausencia del donante, demasiado tímido para participar en la ceremonia a la que asistieron los príncipes de Piamonte, Umberto y María José de Saboya.

En los años siguientes continuaron las compras, que fueron proporcionadas directamente por el fundador (hay docenas de obras, entre las que surge Mujeres en un barco de Felice Casorati, de la Bienal de 1934).

A la muerte de Giuseppe Ricci Oddi, en 1937, se descubrió que había legado a su museo casi todo el dinero en efectivo, las acciones e incluso las joyas de la familia para permitir la gestión y el enriquecimiento continuo de la colección (la devaluación de la lira después de la Segunda Guerra Mundial hizo que el capital fuera vano, utilizado en bonos del gobierno)."

La Galería - Ricci Oddi

(20+) Galleria d'Arte Moderna Ricci Oddi | Facebook

(20+) Facebook

Giacomo Grosso (1860-1938)

  



Ettore Tito (1859-1941).


Ferruccio Pagni (1866-1935).



Cesare Maggi (1881-1961).


Amadeo Bocchi (1883-1976).


Giulio Aristide Sartorio (1860-1932)
"Sirena o abismo verde"








Emilio Ricci (1881-1952).



Amadeo Bocchi.




Francesco Messina (1900-1995).



(El primer Karl Larsson que logro ver "en vivo y en directo").


Servizio Turismo. Palazzo Farnese-Piazza Cittadella, 27/29.
IAT-informazione e accoglienza turistica.
Piazza Cavalli,2 (cortili di Palazzo Gotico)

Texto y fotos:  Javier Nebot
(Entrada actualizada a 01-06-22).

sábado, 28 de mayo de 2016

Pequeño Tour por Italia (1): Milán.

Se puede entrar en Italia, evidentemente, por múltiples lugares. 
Por el norte, en tren, a la vieja usanza -desde Barcelona-, es una buena opción.


Es probable que una ciudad grande no sea lo que se suele tener en mente cuando activamos el "imaginario" italiano (si exceptuamos Roma claro), pero Milán, es una ciudad deslumbrante y bien merece la pena iniciar una visita por esta ciudad aunque solo fuese por disfrutar de su espectacular Duomo y de los lienzos que se exponen en la Pinacoteca de Brera. 
Pero, ciertamente, no lo duden, Milán es mucho más.


La estación central de Milán (punto de partida para iniciar el "descenso" a Florencia y otras urbes de la Toscana) es monumental, 
Una monumentalidad con ciertos aires clásico-fascistas, pero monumentalidad al fin y al cabo. Proporciones clásicas y aires de grandeza.  

Quizás su estética sea un poco cómic, en plan "va a salir Batman por alguna esquina" (¡creo que ya a nadie se le ocurre pensar en Mussolini y sus neuras, a Dios gracias!), sin embargo no cabe duda de que esta estación llama la atención y hasta consigue que el visitante se sienta pelín cohibido.

Tristemente, todo hay que decirlo, hay muchos africanos intentado sobrevivir como pueden (malamente) alrededor de ella (será por el cobijo que tradicionalmente han ofrecido de manera involuntaria muchas estaciones de trenes). Aprovechando que llovía pude comprarle un par de paraguas -de usar y tirar- a uno de ellos pero, de alguna manera, su presencia y su precaria actividad de venta no deja de ser  un extraño recordatorio y un símbolo triste de cómo los nuevos pobres tienen mucho que ver con las emigraciones en masa que estamos viendo en los últimos años.



Comparada con otras grandes ciudades italianas, Milán es, para algunos, una ciudad "feucha". 
Es posible, si la comparación se realiza entre la belleza barroca de Venecia o la renacentista de Florencia, que Milán pierda, pero -sin duda- es una ciudad (al menos en la parte "turística") en la que predomina lo señorial y lo elegante.


Monumento a Leonardo da Vinci.

Los iconos por todos conocidos de Milán son de imprescindible visita para cualquier visitante: el Duomo, la vecina galería Vittorio Emanuele II y -para los que hayan sido previsores, que no es el caso- los frescos de la Última cena de Leonardo da Vinci
En su defecto, y más para los que amamos la pintura, la Pinacoteca de Brera será siempre una parada obligada


La Galería Vittorio Emanuele II destaca por ese aire decimonónico que le da encanto y por poseer unas dimensiones más que respetables que le otorgan grandiosidad arquitectónica. 
Fueron inauguradas por el rey que le da nombre en 1867, en los inicios de la era consumista en la que nos movemos, existimos y somos.
Templo en el pasado de una manera nueva de entender el comercio y la clientela, las galerías se han convertido hoy en día en un destino obligado para los turistas que quieren llevarse objetos de algunas de las marcas más codiciadas -turismo asiático sobre todo-, aunque en las galerías conviven fraternalmente desde un McDonalds a un Gucci y desde Massimo Dutti a Mercedes Benz.





El Duomo.

El Duomo es un edificio gótico que impresiona.
Yo he tenido la fortuna de visitarlo en tres ocasiones y siempre he encontrado algo que me parece nuevo o que me asombra.
Monumentales sus dimensiones. Increíble la cantidad de toneladas de mármol que se utilizaron dentro y fuera del edificio. Asombrosa las infinidad de esculturas que adornan todas las fachadas y que cada una es en sí misma una obra de arte.
Cruzar sus puertas es introducirse en unos espacios inusualmente amplios.
En esta ocasión, me ha llamado la atención que, a pesar de ser mayo, el número de visitantes resulte abrumador (cola de casi cuarenta minutos para comprar la entrada)... pero ir a Milán y no visitar semejante monumento sería un pecado grave (salvo que uno tenga la fortuna de viajar con frecuencia a esta ciudad y pueda dejarlo para una ocasión más propicia).





(No me negaran que esta escultura es la inspiración clara y manifiesta de los creadores de los humanos en la película de Ridley Scott Prometheus).




En esta ocasión no me he privado de subir a su tejado. 
(Entrada cara: 15€, Catedral + ascensor al tejado; 11€ si prefiere subir usted por las escaleras)
Siempre me había parecido algo de turistada pero, venciendo resistencias y pudores, no puedo dejar de reconocer que las vistas y las posibilidades fotográficas que se brindan por el hecho de pasearse entre arbotantes y pináculos bien merecen olvidarse de prejuicios y lanzarse a disfrutar de una experiencia sumamente atractiva y que, sin duda, recordaré mucho tiempo.








El edificio de la Pinacoteca de Brera tiene ese aire renacentista que tanto abunda en muchas edificaciones italianas. La famosa galería fue abierta al público en 1809, aprovechando un edificio más antiguo (un convento de la orden de los Humillados), en el que comparte espacio con otras instituciones culturales como la Biblioteca Nacional Braidense, el Observatorio Astronómico, el Jardín Botánico o la Academia de Bellas Artes. 


El culo -idealizadamente romano- de Napoleón Bonaparte es lo primero que uno ve al entrar en el patio del edifico pero éste guarda, en lógica justicia  que por algo es un buen museo, otros muchos encantos.




Los jóvenes estudiantes de Bellas Artes dan vida al entorno y -curiosamente- no me pareció que el Museo estuviese invadido de turistas como si suele ser común en otros espacios similares europeos.
Se trata de un museo de tamaño medio, tirando a pequeño por lo que no debe dar miedo introducirse en él y pasar con tranquilidad dos o tres horas observando con detalle sus obras.

Fiumana de Pelliza da Volpedo. 
Horario: Martes a Domingo de 8,30 a 19,15.
La taquilla cierra a las 18,40. 
Cerrado todos los lunes.
Via Brera, 28. 20121 Milán.
"La Pinacoteca de Brera, abierta al público desde 1809, está ubicada en el edificio del mismo nombre donde también tienen su sede otras instituciones culturales, como la biblioteca Nacional Braidense, el Observatorio Astronómico, el Jardín Botánico, el Instituto Lombardo de Ciencias y Letras y la Academia de Bellas Artes. El edificio surgió sobre un antiguo convento del siglo XIV de la orden de los Humillados, pero luego quedó en manos de los Jesuitas que fundaron allí una escuela. 
La estructura del edificio empezó a tomar su forma actual a principios del siglo XVII, por obra de de Francesco María Richini, y luego fue completada por Giuseppe Piermarini en el siglo siguiente. 
La mayoría de las colecciones están constituidas por pinturas procedentes de de iglesias y conventos suprimidos, sobre todo en época napoleónica, que fueron continuamente incrementadas gracias a intercambios, donaciones y adquisiciones. 
La Pinacoteca, que en las últimas décadas ha adquirido dos importantes colecciones de Milán, está considerada como uno de los más importantes museos estatales italianos"

El beso de F. Hayez.

Paisaje Veneciano de Canaletto.

Pala Montefeltro de Piero della Francesca.


Los esponsales de la Virgen, Perugino.

Desposorio de la Virgen de Rafael.

El Cristo muerto de Mantegna, en "cuidados intensivos" dentro de la cámara de restauración del museo,
La variedad de obras y de nombres importantes que encontramos en el Museo es notoria:
Podemos disfrutar las pinturas de Andrea di Bartolo, Gentile de Fabriano, Cosmé Tura, Signorelli, Bellini, V. Carpaccio, Tiziano, Veronese, Tintoretto, Boccioni, Modigliani  y un largo etc.

Carlo Crivelli

Carlo Crivelli.

Carlo Crivelli.




Estatuilla cicládica.

Sala 1: Frescas lombardos de los siglos XV y XVI. Bramante, Luini.
Sala 1A: Oratorio de Mocchirolo, siglo XIV.
Sala 2,3,4: Pinturas italianas del siglo XIII al XV. Giovanni da Milano, Andrea di Bartolo, Gentile da Fabriano, Stefano da Verona.
Sala 5, 6: Pinturas vénetas del siglo XIV al XVI. Bellini, Carpaccio, Mantegna, Vivarini.
Sala 7: Pinturas italianas del siglo XV. Bellini, Mantegna.
Sala 8: Pinturas vénetas del siglo XV. Giovanni y Gentile Bellini, Vivarini, Cima da Conegliano, Montagna.
Sala 9: Pinturas vénetas del siglo XVI. Tiziano, Veronesse, Tintoretto.
Sala 10: Colección Jesi: Pinturas del siglo XX. Boccioni, Carrá, De Pisis, Modigliani, Marino Marini, Medardo Rosso, Morandi.
Sala 11: Legado Vitali. Arte egipcio, cicládico, románico, etc.
Sala 12, 13: Capilla de San José y pinturas de Santa maría della Pace. Luini, Marco d´Oggiono.
Sala 14: Pinturas vénetas del siglo XVI. Bonifacio Veronese, Savoldo, Moroni, Lotto, Bordon.
Sala 15: Pinturas y frescos lombardos del siglo XV y XVI. Foppa, Bramantino, Marco d´Oggiono, Gaudenzio Ferrari.
Sala 18: Pinturas lombardas del siglo XVI. I Campi, Altobello Melone, Lomazzo.
Sala 19: Pinturas sacras y retratos lombardos del siglo XV y XVI. Bergognone, Cesare da Sesto,  Luini, Solario.
Sala 20: Pinturas ferraresas y emilianas del siglo XV. Costa, Cosmé Tura, Francesco del Cossa.
Sala 21: Polípticos de las Marcas del siglo XVI. Giovanni Angelo d´Antonio, L´Alunno, Carlo Crevelli, Signorelli.
Sala 22, 23: Pinturas ferraresas y emilianas del siglo XV y XVI. Ercolo de Roberti, Garofalo, Dosso Dossi, Ortolano, Correggio.
Sala 24: Pinturas del área de Urbino del siglo XV. Piero della Francesca, Raphaél, Bramante.
Sala 27: Pinturas en Italia central del siglo XV y XVI. Genga, Bronzino, Viti.
Sala 28: Pinturas en Italia central del siglo XVII. Carracci, Reni, Guercino, Barocci
Sala 29: Caravaggio y caravagescos. Caravaggio, Gentileschgi, Battistello.
Sala 30: Pintura lombarda del siglo XVII. Cerano, Morazzone, Cairo.
Sala 31: Pinturas flamencas e italianas del siglo XVII. Rubens, Van Dyck, Jordaens, Pietro da Cortona, Strozzi.
Sala 32, 33: Pinturas flamencas y holandesas del siglo XV y XVII. Jan de Beer, Rembrandt, Bruegel.
Sala 34: Pintura sacra del siglo XVIII. Tiépolo, Subleyras, Batoni, Crespi.
Sala 35: Vistas y pinturas venecianas del siglo XVIII. Piazzetta, Canaletto, Longui, Bellotto.
Sala 36: Retratos italianos y pinturas de género del siglo XVIII. Crespi, Ceruti, Fra Galgario.
Sala 37: Pinturas italianas del XIX. A''iani, Hayez, Fattori, Pelizza da Volpedo.

En definitiva: un museo que merece la pena no perdérselo. 

Después de visitarlo, si quiere pasearse por el triángulo del consumo de lujo hágalo, pero después. 
Alimente primero el alma y ya verá a posteriori si quiere centrifugar el bolsillo cuando pose la nariz en los llamativos escaparates y vea los precios astronómicos de las tiendas de moda y diseño. 
Archi-famosas marcas de ropa que tienen hasta sus propias cafeterías de lujo para que descansen en ellas, entre compra y compra, aquellos clientes y aquellas clientas -porque aquí la sofisticación y el lujo no entienden de géneros- que estén dispuestos a soltar los miles de euros que cuestan algunas de las bagatelas que ofrecen.
(El cuadrilátero de Oro está formado por las calles Sant Andrea, Della Spiga, Montenapoleone y Via Manzoni).
Direcciones de interés:
Fotos y texto:  Javier Nebot

(Entrada actualizada a 01-06-2022)