La película "Una casa en Córcega" explica de forma sencilla (que no simple) como algo inesperado trastoca la vida de muchas personas pero en especial la de la protagonista, una joven treintañera que ansía algo más sin saber exactamente qué. Como si de un ángel anunciador se tratase la comunicación de una herencia transforma su vida ya que encuentra en ese regalo inesperado el catalizador para cambiarla.
Aceptar el regalo implica buscar y asumir unas raíces que casi todos olvidamos pero que ayudan a dar sentido a lo más sencillo aunque ello no signifique un camino fácil y mucho menos edulcorado
El director -el belga Pierre Duculot- consigue con este pequeño drama rural emocionar a pesar de que los personajes no sean especialmente simpáticos o atrayentes si no, más bien, gente tan normal como la que podemos encontrar en la butaca de al lado. Recomendable, sobre todo para aquellos que huyen de los personajes de cartón piedra con los que suelen inundar muchos films.
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