Hace tiempo leí un artículo sobre cosas que NO le gustaban al autor, me pareció curioso e ilustrativo por lo que me permito copiar la idea a modo de desahogo "pre-invernal".
No me gusta:
La arrogancia y menos todavía si es estúpida;
La auto-complacencia permanente de algunos;
Los que reclaman el "gustito" como criterio primordial de su existencia;
Los que se quejan pero no actúan para cambiar nada;
Los tertulianos que arman greca descalifican sin más, incapaces de argumentar mínimamente;
Los que reclaman para sí la autoestima, pero se vuelven desconsiderados o groseros con los demás; La molicie, sobre todo cuando cuando quiere ser contagiosa.
Los que pretenden estar por encima de cualquier ética o moral y arguyen un penoso relativismo;
La omnipresencia somnífera del fútbol;
El que desaparezcan las librerías y nos roben el placer de la búsqueda;
Las procesiones de Semana Santa, convertidas en burdos reclamos turísticos;
Los guetos en donde se arrinconan a los viejos;
La crisis que barre a las personas y las convierte en víctimas invisibles;
Los bancos que engañan sin escrúpulos justificando sus abusivas prácticas;
El consumismo estúpido y desaforado;
Los que hablan en alto en los cines y desconocen lo que significa el respeto;
Las leyes mordaza e hipócritas que coartan la libertad de expresión;
La mala educación y los que alardean de groserías;
Las incongruencias manifiestas;
El feminismo histérico y victimista, de bajo vuelo moral;
Los avinagrados que intoxican las ilusiones ajenas;
Los chupópteros, que viven del cuento y del trabajo de los demás;
La traición;
Las caras de cerditas que se ponen algunas con la cirugía en un grotesco afán de ser y aparentar lo que no son;
El sálvese quien pueda caiga quien caiga en plan "yo por mi hija, mato";
Los profesores desmotivados;
Que se chille en los mítines como si todos fuésemos sordos;
Los que mascan chicle todo el día en un incomprensible deseo de parecer bovinos;
Los que te imponen sus conversaciones con el móvil y los que lo tienen siempre encendido sea cual sea el lugar o situación en la que estén;
La estupidez y resignación de los que siempre están con el "es lo que hay" en la boca;
Las encuestas;
La falta de proyectos;
La navidad consumista y de emotividad bobalicona;
Las enfermedades, especialmente que las que te asaltan a traición;
Los maltratadores del tipo que sean;
Las revistas de cotilleos y de carnaza, rebosantes de basura emocional y chismorreo;
La tele-basura;
Los fundamentalismos;
Las fiestas que se ensañan con animales;
El nacionalismo que excluye;
El que los programas de interés en televisión se releguen a horarios de vampiros;
La obsesión por los langostinos de algún sindicato;
El que se trate a las personas como mercancías;
Los que justifican sus privilegios expoliando; los que ........
¡lista inacabable!
Autor: Javier Nebot, Diciembre 2013.
La auto-complacencia permanente de algunos;
Los que reclaman el "gustito" como criterio primordial de su existencia;
Los que se quejan pero no actúan para cambiar nada;
Los tertulianos que arman greca descalifican sin más, incapaces de argumentar mínimamente;
Los que reclaman para sí la autoestima, pero se vuelven desconsiderados o groseros con los demás; La molicie, sobre todo cuando cuando quiere ser contagiosa.
Los que pretenden estar por encima de cualquier ética o moral y arguyen un penoso relativismo;
La omnipresencia somnífera del fútbol;
El que desaparezcan las librerías y nos roben el placer de la búsqueda;
Las procesiones de Semana Santa, convertidas en burdos reclamos turísticos;
Los guetos en donde se arrinconan a los viejos;
La crisis que barre a las personas y las convierte en víctimas invisibles;
Los bancos que engañan sin escrúpulos justificando sus abusivas prácticas;
El consumismo estúpido y desaforado;
Los que hablan en alto en los cines y desconocen lo que significa el respeto;
Las leyes mordaza e hipócritas que coartan la libertad de expresión;
La mala educación y los que alardean de groserías;
Las incongruencias manifiestas;
El feminismo histérico y victimista, de bajo vuelo moral;
Los avinagrados que intoxican las ilusiones ajenas;
Los chupópteros, que viven del cuento y del trabajo de los demás;
La traición;
Las caras de cerditas que se ponen algunas con la cirugía en un grotesco afán de ser y aparentar lo que no son;
El sálvese quien pueda caiga quien caiga en plan "yo por mi hija, mato";
Los profesores desmotivados;
Que se chille en los mítines como si todos fuésemos sordos;
Los que mascan chicle todo el día en un incomprensible deseo de parecer bovinos;
Los que te imponen sus conversaciones con el móvil y los que lo tienen siempre encendido sea cual sea el lugar o situación en la que estén;
La estupidez y resignación de los que siempre están con el "es lo que hay" en la boca;
Las encuestas;
La falta de proyectos;
La navidad consumista y de emotividad bobalicona;
Las enfermedades, especialmente que las que te asaltan a traición;
Los maltratadores del tipo que sean;
Las revistas de cotilleos y de carnaza, rebosantes de basura emocional y chismorreo;
La tele-basura;
Los fundamentalismos;
Las fiestas que se ensañan con animales;
El nacionalismo que excluye;
El que los programas de interés en televisión se releguen a horarios de vampiros;
La obsesión por los langostinos de algún sindicato;
El que se trate a las personas como mercancías;
Los que justifican sus privilegios expoliando; los que ........
¡lista inacabable!
Autor: Javier Nebot, Diciembre 2013.
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