El Victoria & Albert Museum es como la cueva de Alí Baba: hay de todo tipo de maravillas, en unas cantidades realmente ingentes, memorables.
Tal abundancia de artesanías y obras de alta calidad -aunque sean decorativas- exigiría un tratamiento diferenciado y, posiblemente -así lo espero- varios posts en este blog.
Como inicio de los mismos, muestro una selección de cajas de rapé, tabaco o pequeños dulces.
Artesanías de lujo que hoy miramos con admiración pero también con cierto recelo ya que nuestra mirada igualitaria -políticamente correcta- siempre desconfía de según que excesos (salvo, por lo que parece, de las excesivas estupideces futbolísticas de las que pocos cuestionan su obscenidad).
Ciertamente el contexto dieciochesco poco o nada tiene que ver con las mentalidades de hoy (para bien y para mal) pero eso no quita valor a obras que, más allá de su uso -o de la idiosincrasia de sus aristocráticos poseedores- mostraban en sí mismas una habilidad artesano/artística envidiable y un esteticismo que, aunque roza a veces el límite de lo aconsejable, alcanza elevadas cotas de belleza e imaginación.
Tal abundancia de artesanías y obras de alta calidad -aunque sean decorativas- exigiría un tratamiento diferenciado y, posiblemente -así lo espero- varios posts en este blog.
Como inicio de los mismos, muestro una selección de cajas de rapé, tabaco o pequeños dulces.
Artesanías de lujo que hoy miramos con admiración pero también con cierto recelo ya que nuestra mirada igualitaria -políticamente correcta- siempre desconfía de según que excesos (salvo, por lo que parece, de las excesivas estupideces futbolísticas de las que pocos cuestionan su obscenidad).
Ciertamente el contexto dieciochesco poco o nada tiene que ver con las mentalidades de hoy (para bien y para mal) pero eso no quita valor a obras que, más allá de su uso -o de la idiosincrasia de sus aristocráticos poseedores- mostraban en sí mismas una habilidad artesano/artística envidiable y un esteticismo que, aunque roza a veces el límite de lo aconsejable, alcanza elevadas cotas de belleza e imaginación.
Texto y fotos: Javier Nebot
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