viernes, 21 de enero de 2022

Lugares (71): Tour por Gran Bretaña. Londres. British Museum.


El British es, sin la menor duda, un museo a-p-a-b-u-l-l-a-n-t-e. 
Al igual que el Louvre de París, su inmensidad y la increíble colección de obras de arte que alberga, dejan atónitos a la mayoría de los visitantes. Esto, claro, tiene su lado bueno y -como es lógico- también su lado malo.
Bueno porque permite a todos los amantes del arte, de la historia y de la arqueología, disfrutar de la visión piezas únicas, de todo el mundo, perfectamente cuidadas y contextualizadas. Malo, porque su poder de atracción convierte al museo en visita ineludible para miles (realmente miles) de turistas y eso hace que, en algunos momentos, la estancia en el mismo se convierta en una verdadera carrera de obstáculos para poder ver las piezas más famosas y deseadas.
Con todo, visítenlo, visítenlo porque, además, siguiendo la muy buena tradición británica, la entrada es gratis y pueden entrar y salir todas las veces que quieran y evitar sobredosis a lo Stendhal.





El British Museum fue fundado en 1753 y tuvo el honor de ser el primer museo del mundo nacional, público y secular, convirtiéndose en un modelo a seguir para la mayoría de los museos que se irían inaugurando, paulatinamente, en todos los estados de Europa y del mundo.
El British no es solo un museo a la cultura británica: Sus colecciones constituyen un soberbio conjunto de la cultura mundial que incluye desde momias egipcias hasta obras de arte del siglo XX, ofreciendo un amplísimo panorama de todo lo que las diferentes culturas del planeta han sido capaces de crear a lo largo de su historia. 
Se trata, además, de un espacio capaz de albergar a estudiosos y expertos más rigurosos, pero también puede ofrecer al público en general disfrute e instrucción.
Allí conviven la Piedra de la Rossetta y los mármoles Elgin del friso del Partenón de Atenas, figuras primitivas de las Cícladas (2800 a.C.) junto con obras contemporáneas de Henry Moore.
Impresionantes, también, al menos para el que esto escribe, entre otras muchas cosas, las colecciones de Arte Asiático occidental de Persia, Mesopotamia y Siria
Poder ver el Estandarte de Ur o la Cabra comiendo un arbusto, dos objetos de oro e incrustaciones, de gran poder mágico en su época, o las increíbles esculturas de piedra en relieve -de hace casi tres mil años- que representan escenas de caza de leones y gacelas de Sennacherib es, realmente, todo un privilegio. 


En las salas egipcias se encuentran piezas de casi todas las dinastías...que atraen la atención de cientos y cientos de visitantes. 


Los toros alados protegían las puertas de los palacios asirios. Su monumentalidad todavía impresiona.






Los bajorrelieves del Creciente Fértil están esculpidos con una minuciosidad absolutamente increíble y, sin duda, deslumbran por su elaborada perfección.






Concretamente, las escenas de caza de los bajorrelieves asirios (siglo VII a.C. aprox.) son de un realismo casi fotográfico. La caza del león en Mesopotamia era una actividad bastante habitual entre la realeza y la nobleza y representaba, de alguna manera, el triunfo del poder politico sobre las fuerzas salvajes de la naturaleza, encarnadas en estos poderosos felinos.



Este relieve del león herido pertenece al palacio de Asurbanipal (645 a.C).


"Cabra en un árbol". Ur, Sumeria (2.500 a.C.). 46 cm. de alto.
Las tumbas reales de Ur, al igual que las tumbas egipcias, albergaban magníficos tesoros.
Esta cabra está decorada con trozos de oro, lapislázuli y concha.
Se cree que era uno de los dos pies que soportaban el tablero de una mesa ritual.
Al igual que otras piezas encontradas en la misma zona, el armazón es de madera y se ha recubierto con los materiales mencionados.


"Estandarte de Ur", Sumeria (2500 a.C.). 49,5 cm.
Fue encontrado en una de las excavaciones realizadas en Ur por Sir Richard Woolley.
El estandarte está decorado en dos de sus caras con piezas realizadas en mosaico.
En la primera se muestra una procesión de personas que van a mostrar sus respetos al rey y a ofrecerle regalos o tributos. En la cara opuesta se muestra una escena militar con carros tirados por caballos y con prisioneros de guerra que son conducidos por soldados a la presencia real.


Relieve de "La reina de la noche". (1800 a.C. aprox).
Llegó de Irak a Inglaterra en 1924 y permaneció en manos privadas hasta que el Museo Británico lo adquirió en 2003.


Arte micénico nos sitúa físicamente en un mundo cuyas tradiciones constituyeron, durante siglos, parte esencial de nuestra mitología y configuraron nuestros arquetipos. 





Templo de las Nereidas. Xanthos (400 a.C.). 
Se trata de un templo de estilo jónico, decorado en el podio con dos frisos con escenas de guerra. En los intercolumnios se sitúan las figuras de las nereidas, a las que se rendía culto en este templo. 


Los "Elgin Marbles", esculturas del Partenón de Atenas, se llaman así porque el conde de Elgin, que era el embajador británico en Turquía a principios del XIX, fue quien los trajo a Gran Bretaña.
En aquel momento fue, probablemente, una acción oportuna ya que preservó para la posteridad lo poco que quedada en pie de ese extraordinario templo griego. 
En aquel momento, lo que en la actualidad es Grecia estaba bajo el dominio del Imperio Turco desde hacia siglos. El Partenón, un templo construido en el siglo V a.C. en honor a la diosa Atenea, había sido utilizado como arsenal por los turcos y, debido a una explosion, parcialmente destruido. Los turcos utilizaban la Acrópolis con fines militares debido a su magnifica situación y, desde luego, no tuvieron ningún interés en reconstruir nada de lo dañado.  Lord Elgin fue informado de que muchas de las piedras de la Acrópolis estaban siendo utilizadas para obtener cemento y ante esa realidad pidió permiso para llevarse cualquier piedra que contuviese inscripciones o figuras y recibió para ello el beneplácito de los turcos.
Pagando de su bolsillo todos los gastos, Lord Elgin se las llevó a Inglaterra. Posteriores dificultares financieras le forzaron a intentar vender los mármoles al gobierno. Aunque éste no quiso al principio efectuar la compra. finalmente accedió pagándole al conde la mitad de lo que le había a él el transporte.
En 1816 los impresionantes mármoles griegos acabaron en el Museo Británico.







Las esculturas de Fidias constituyen, todavía hoy, el ideal de belleza física.





El arte asiático, entre otros muchos, también cuenta con excelentes representaciones en British.








A la salida, una buena pinta de cerveza acaba de relajar el espíritu y completa las alegrías del día.


Texto y fotos: Javier Nebot.

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