Hablar de Lalique es hablar, sobre todo, aunque no exclusivamente, de joyas.
Debo tener algo de urraca porque los brillos de las piedras preciosas siempre han ejercido sobre mí una especie de fascinación hipnótica. Jung asociaba el fulgor de los diamantes al brillo originario de las estrellas. Ya se sabe: "tal como es arriba, es abajo".
Como la crisis no permite veleidades nos conformaremos con atrapar los resplandores en fotografía. http://es.wikipedia.org/wiki/Ren%C3%A9_Lalique
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Qué no daría yo por tener una de estas exquisitas joyas de Lalique, por el momento me limito a babear las vitrinas de los museos y a fantasear con la manera de hacerme con una de ellas sin acabar en la cárcel
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