Hay que agradecer iniciativas como la de los Proms: rompen un poco la estética seria y protocolaria de los conciertos de música clásica y permiten cierta participación a todos aquellos que aman la música. Como no soy de "banderas" a mi me sobra tanta ostentación de las mismas en un acto cultural que -casi por definición- debería estar abocado a otro tipo de "límites" y a buscar más afinidades que otra cosa pero, con todo, reconozco que tiene que ser una gran experiencia estar allí y participar de semejante jolgorio. Ahora, eso sí, vaya ahorrando porque las entradas tienen un precio en consonancia con lo especial del evento.
https://www.youtube.com/watch?v=yvZex3Qf7QQ
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La verdad es que el Albert Hall tiene una acústica de desmayo, y doy fe de ello porque en mis años mozos de londinense de pro, tuve la oportunidad de asistir a un concierto de Deep Purple, donde cada vez que sonaba un golpe de batería , el sonido te rodeaba, bordeando todo el anfiteatro como una caricia ) y daría una mano ( bueno igual exagero) por asistir a uno de esos conciertos y cantar , al borde de las lágrimas el Jerusalem con letra de William Blake
ResponderEliminarA mí no me van las banderas , pero hay que reconocer que el momento tiene que ser catártico