Entrar en contacto con las obras de William Shakespeare es entrar en un complejo y fascinante mundo de posibilidades, no solo culturales sino también estéticas, psicológicas y, en definitiva, humanas. Como alguien dijo alguna vez (no recuerdo ahora quien): Shakespeare fue el mayor “cartógrafo del alma humana”.
Más allá de las curiosas teorías y fabulaciones sobre la verdadera personalidad que se ocultaba bajo el nombre del escritor inglés (que sin duda tienen su intríngulis y le dan al personaje un toque casi mágico realzando el misterio de su excepcionalidad), la realidad es que sus escritos, fuesen de quien fuesen (1), han perdurado vigentes hasta nuestros días por la potencia de su imaginación y por la profundidad de sus planteamientos. Imaginación y profundidad que han calado en muy diferentes tipos de personas y en públicos de toda condición, hasta tal punto que muchos de sus personajes y de sus historias forman parte, por pleno derecho, del imaginario occidental y, me atrevería a decir, del mundial.
No soy, desde luego, ningún experto en teatro shakesperiano así que mi intención, al publicar este post y los que le van a seguir, es hacer, simplemente, un breve recorrido por el tratamiento que el cine ha dispensado a sus obras.
Desde los comienzos del séptimo arte, Shakespeare fue motivo de inspiración habitual para los creadores cinematográficos –al igual que otros escritores de fama- (2). Éstos encontraron en él argumentos de reconocido prestigio y la posibilidad de dar una cierta respetabilidad artística a determinadas producciones cinematográficas, a la vez que ofrecían una oportunidad perfecta para que los actores y las actrices –muchos provenientes del teatro- pudiesen encontrar elementos de lucimiento para sus talentos expresivos en un medio tan nuevo y diferente como fue el cine en sus comienzos.
Obras tan emblemáticas como Romeo y Julieta, Hamlet, Enrique V, Ricardo III y otras muchas más, han sido reiteradamente adaptadas para la pantalla. En algunas ocasiones a través de representaciones literales, más cómo si se tratase de teatro filmado que de cine; en otras, con una mayor libertad expresiva, atreviéndose a modificar las obras del maestro o utilizando sus argumentos como fuente de inspiración genérica para otro tipo de planteamientos.
En cualquier caso, Shakespeare y su mundo, sus obras y los personajes que en ellas viven han sido y seguirán siendo, constante fuente de ideas para el cine y para el teatro, al igual que sucede con algunos autores de la Grecia Clásica porque, como he dicho más arriba, lo que cuentan y cómo lo cuentan parece no perder vigencia y sigue atrayendo a todos aquellos que se dejan empapar por la belleza de sus palabras.
Un acercamiento al tratamiento que el cine ha dispensado a la figura de Shakespeare parece un inicio adecuado para adentrarse en el enfoque cinematográfico de sus obras.
Son dos las películas, más o menos recientes, que han tratado la figura del escritor: Shakespeare in Love y Anonymus. También me parece que resulta interesante situar la época en la que vivió y que, evidentemente, influyó en él y en su obra. Los Tudor incidieron sobre la Inglaterra de su tiempo de manera indeleble e Isabel, la reina “virgen” (corramos un tupido velo sobre tan regia intimidad) marcó todavía más, si cabe, la estética y las ideas de su reino.
A continuación procuraré hacer una relación de los films más relevantes sobre sus obras para que todo el que esté interesado en profundizar sobre ellas tenga un esquema suficientemente representativo de las mismas, procurando incidir sobre aquellas películas –lógicamente más recientes en el tiempo- que han contribuido a una visión más airosa y renovada del teatro shakesperiano, alejándose de cierta estética polvorienta -y a veces rancia- con la que en ocasiones algunos directos han cubierto la puesta en escena de las mismas con la excusa de otorgarle seriedad y calidad.
Por descontado, en unos tiempos como los nuestros, en los que las posibilidades que nos brinda internet para acercarnos visualmente a cualquier tema son extraordinarias, recurriré con frecuencia a you-tube ya que allí podemos encontrar de forma rápida y efectiva la información y las imágenes relevantes para lo que ahora nos ocupa.
-1. Shakespeare, su figura y su tiempo.
La biografía de nuestro autor no ha inspirado tantas películas como sus obras. Esto no es de extrañar porque los datos sobre su vida son escasos y en cambio sus obras no sólo han pervivido sin problemas al paso del tiempo sino que fueron haciéndose parte consustancial de las representaciones teatrales.
El cine se ha hecho eco de las ambigüedades sobre la identidad de Shakespeare en las dos películas que he mencionado antes, ambas interesantes y realizadas con bastante talento (y medios): Shakespeare in love (1998) y Anónymus (2011) (3).
Shakespeare in love, la película de Jonh Madden (4) es sorprendentemente atractiva y entretenida, teniendo en cuenta la trayectoria de su director que, con algunos pestiños anteriores en su haber como Su Majestad Mrs. Brown (o posteriores La mandolina del capitán Corelli), no auguraba un tratamiento tan ameno y fluido. Es de suponer, por tanto, que habrá sido mucho más determinante en el resultado final la excelente labor de los guionistas Marc Norman y Tom Stoppard (5)
En forma de comedia –medida en sus tempos con precisión milimétrica- la película fabula sobre el ficticio romance que mantiene un enamoradizo y apuesto Shakespeare con una de sus musas, una soñadora aspirante a actriz de teatro en un mundo en donde las mujeres no pueden actuar.
Un reparto a la altura del reto (hasta el limitado Joseph Fiennes está bien en su recreación del escritor como un hombre apasionado e inspirado por lo que vive), unos diálogos brillantes y ágiles, y, por descontado, una puesta en escena espectacular (se nota el buen uso de los cuarenta millones de dólares del presupuesto) contribuyen de manera decisiva a la hora de mostrar de forma sugestiva y atrayente el magnífico homenaje que brinda este film al mundo del teatro isabelino.
La historia de Shakespeare in Love (6) nos lleva al Londres de 1593 (recreado con talento).
Los teatros son negocios en expansión, pero pugnando por sobrevivir a duras penas debido a todo tipo de trabas y dificultades; el Rose (7) y el Curtain (8) se encuentran, además, en franca competencia por adueñarse de un público que está fervorosamente entregado a las excelencias de un divertimento como el teatro que hasta no hacia tanto era casi desconocido, pero que exige ahora constantemente nuevas obras con las que entretenerse.
Esto hace que los autores teatrales también estén sometidos a una gran presión para escribir, lo más rápidamente posible, nuevas obras para no defraudar a los espectadores y para conseguir que los teatros se llenen. En este ambiente, la película nos cuenta cómo William Shakespeare sufre cierta sequía creativa y se atasca en la escritura de la obra Romeo y Ethel, la hija del pirata. Vendrá a inspirarle arte y amor la bella Violeta de Lesepps, primero en forma de actor masculino – Thomas Kent- y, después, por sus propios y meritorios encantos. Entremedio mil y un percances nos introducirán en la época isabelina, en su mundillo teatral y en la transformación de una obra, que iba a ser una comedia “con perro” (como dice Henslowe: “amor y escena con perro, eso es lo que quieren”), y que acabará siendo un drama que demostrará las complejidades del amor (Romeo y Julieta).
Como bien señala el crítico cinematográfico Mark Robbins, “Shakespeare in love es una de esas obras atípicas e inesperadas que sabe cómo mostrar la sofisticación de su argumento y las enrevesadas motivaciones de sus personajes de forma tan sencilla como efectiva” (9). Una película que, aunque se permita licencias en cuanto a la veracidad de algunas de las cosas que cuenta, juega las cartas con suficiente habilidad como para que el resultado obtenido sea tan bueno que permita considerar que sí refleja lo que bien pudo ser y, además, nos lo muestra, de forma interesante y con el buen sentido del ritmo que poseen las mejores producciones cinematográficas estadounidenses.
-continuará-
Autor: Javier Nebot, Oct. 2015.
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Notas.: Vídeos referenciados a Junio 2015. Es posible que algunos, como bien sabéis los que frecuentáis you-tube no estén activos en según que momentos.
(1) La deslumbrante obra de Shakespeare propició mil y una cábalas sobre la verdadera autoría de la misma porque su extensísimo vocabulario, las infinitas referencias a la cultura clásica y el extenso tratamiento de temas de lo más variado (en forma de tragedias, comedias, poemas etc.), enfocados la mayoría de ellos con una profundidad desacostumbrada hasta el momento, no parecían accesibles a un simple autor de productos de entretenimiento teatral. Los conocimientos que se requerían para semejante producción no estaban a la alcance de alguien que no fuese de noble cuna y que hubiese recibido una educación muy esmerada, circunstancias que no se dieron en la biografía de W. Shakespeare, lo cual, evidentemente fue un excelente caldo de cultivo para todo tipo de habladurías y conjeturas. Contribuyó también a alimentar la leyenda sobre una autoría compartida –o incluso sobre una usurpación de la totalidad de la misma, llevada a cabo con el consentimiento del verdadero autor- la ausencia de manuscritos o de referencias a sus libros en su testamento así como lo poco que conocemos sobre su proceso creativo y otros aspectos de la vida de Shakespeare que hubiesen podido eliminar dudas. No cabe duda de que en tiempos tan amantes de las conspiraciones y de las teorías alternativas y retorcidas sobre cualquier cosa, las especulaciones sobre todo ello han aumentado mucho con sin que ya que se haya conseguido arrojar todavía una luz definitiva sobre el asunto.
El documental que emitió Televisión española, en su segunda cadena, hace ya algún tiempo resulta clarificador e interesante sobre el personaje y su polémica.
Y son interesantes de ver:
W. Shakespeare: The conspiracy Theories.:
In Search of Skakespeare, cuatro documentales realmente bien conseguidos:
Shakespeare visto por el actor Jeremy Irons:
También, sobre la figura y obra del autor y su tratamiento cinematográfico, merece la pena ver:
https://www.youtube.com/watch?v=dMN0Nj6p2sQ
(2) Desde sus comienzos el cine tuvo una relación de amor dependiente con la literatura y el teatro. Ambos proveyeron abundantemente de historias y argumentos cuando no fueron objeto de múltiples adaptaciones al nuevo medio.
Imprescindible en este sentido: Balló, J. y Pérez, X., La semilla inmortal. Los argumentos universales en el cine, Anagrama, Barcelona, 2010.
(3) Hay también una película curiosa, pero a muy diferente nivel –por decirlo de una manera fina-, realizada sobre un tema similar (la vida desconocida de Shakespeare) y jugando con la posible relación en él y Cervantes: Miguel y William, dirigida por Inés Paris en el 2007.
(4) Sobre John Madden:
Títulos como la película sobre la que hablamos, o la mucho más reciente de El exótico Hotel Marigold, hacen pensar que, en el fondo y a pesar de algunas películas fallidas, el director tiene sus momentos de brillantez.
(5) Sobre Marc Norman:
Sobre Tom Stoppard:
Su obra Rosencrantz y Guildenstern han muerto, sobre dos personajes secundarios de Hamlet tuvo gran éxito teatral y fue objeto de una muy interesante versión cinematográfica.
http://es.wikipedia.org/wiki/Rosencrantz_y_Guildenstern_han_muerto
(6) Shakespeare in love (1998):
(7) Algunos teatros isabelinos han merecido suficiente devoción por parte de los espectadores como para sobrevivir –renovados- en estos tiempos:
(8) http://es.wikipedia.org/wiki/The_Curtain
De donde extraigo el siguiente fragmento:
“Desde 1597 hasta 1599 se convirtió en el lugar de reunión y estreno de la compañía de Shakespeare, los Lord Chamberlain's Men, que habían sido obligados a abandonar su primer local en The Theatre después de que cerrara en 1596. Aquí se estrenaron varias obras de Shakespeare, incluyendo Romeo y Julieta (que obtuvo "Curtain plaudits") y Enrique V. En esta última obra, el hasta cierto punto poco distinguido Curtain obtiene fama inmortal al ser descrito por Shakespeare como "esta O de madera." Los Lord Chamberlain's Men también interpretaron la obra de Ben Jonson Every Man in His Humour aquí en 1598, con Shakespeare en el reparto. Más tarde ese mismo año Jonson obtuvo cierta notoriedad al matar al actor Gabriel Spencer en un duelo en los cercanos Hoxton Fields. Los Lord Chamberlain's Men dejaron el Curtain cuando el Globe, que había sido construido para reemplazar al Theatre, estuvo preparado (1599)”
(9) Robbins, M. Art: La magia del teatro, DIRIGIDO POR nº 276. Febrero 1999 Barcelona.
<a href="http://www.safecreative.org/work/1511015691422-shakespeare-en-el-cine-algunas-reflexiones" target="_blank">
<span>Shakespeare en el cine. Algunas reflexiones</span> -
<span>(c)</span> -
<span>J.Javier Nebot Cervantes</span>
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