Se trata de una película con algunos toques surrealistas e inusuales para un film bélico pero, realmente, no podía ser menos si tenemos en cuenta que se nos narra la historia a través la mirada inocente de un niño de siete años.
Desde su perspectiva los avatares la guerra se convierten en "guindas" que endulzan unas largas vacaciones, y los percances de cada día resultan ser en ocasiones inesperadas aventuras.
¡Para él hasta los bombardeos se viven como algo extraordinario! (pero no amenazante, ¡bendita infancia, bendita inconsciencia!).
¡Para él hasta los bombardeos se viven como algo extraordinario! (pero no amenazante, ¡bendita infancia, bendita inconsciencia!).
John Boorman reconoció en su momento que este niño protagonista de su película era, en varios puntos, su alter-ego y en ese sentido se convierte en un simpático portavoz de sus propias experiencias, experiencias vistas con cariño y con buenas dosis de nostalgia a pesar de su dramática realidad.
Quizás no sea la mejor película de este director, pero tiene sin duda ese algo entrañable que hace que se vea siempre con agrado.
Dirección y guión: John Boorman.
Fotografía: Philippe Rousselot.
Intérpretes: Sebastián Rice-Edwards, Geraldine Muir, Sarah Miles, Sammi Davis, Ian Bannen, Jean-Marc Barr.
Música: Peter Martin.
Duración: 113´
Entrada actualizada a 24-04-2020.
Todas las imágenes y/o vídeos que se muestran corresponden al artista o artistas referenciados.
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