Frank James Cooper (futuro Gary Cooper) nació el 7 de mayo de 1901 en Helena, capital del Estado de Montana. Fue el segundo hijo de un matrimonio de emigrantes ingleses. Su padre, abogado de profesión, llegó a ser juez en el Tribunal Supremo de Montana y se adaptó rápidamente al estilo de vida estadounidense; su madre, en cambio, consideró siempre la vida en Montana algo "salvaje" para su gusto y decidió que sus hijos se educasen en Inglaterra.Tanto Frank como su hermano mayor cursaron sus primeros estudios en el colegio Dunstable de Bedfordshire (en donde anteriormente había estudiado su padre), pero el estallido de la Primera Guerra Mundial en Europa hizo que los hermanos Cooper tuviesen que regresar antes de lo esperado a Montana.
Una vez terminada la guerra Frank decidió matricularse en una Escuela de Agricultura ya que sus padres poseían una hermosa granja de 240 hectáreas, pero un accidente automovilístico en el que se fracturó la cadera cambió su destino. Los médicos le aconsejaron para su recuperación que montase a caballo y Frank se dedicó cabalgar con la vocación propia de un converso -sin tregua-, adquiriendo un estilo ecuestre que le resultaría indispensable cuando más adelante hiciese su entrada en el mundo del cine. La fractura, a pesar de tanto empeño deportivo, nunca llegó a curarse enteramente bien y eso le imprimió unos peculiares andares de vaquero avezado que le depararían fama y éxito en el futuro.
Mientras completaba sus estudios Gary, en la mejor tradición norteamericana, frecuentó los clubs de arte dramático y de dibujó de su escuela, y fue en esta última actividad en la que demostró maña, talento y muy buena mano para la caricatura hasta el punto que, cuando en 1924 decidió trasladarse a Los Ángeles, intentó ganarse allí la vida como ilustrador y caricaturista.
Sus intentos de colocarse como dibujante no tuvieron el efecto deseado y -todo un clásico norteamericano- tuvo que ganarse las habichuelas con diversos trabajos de mayor o menor enjundia, mientras buscaba algo mejor.
A través de unos amigos que trabajaban en la incipiente industria del cine logró entrar como figurante en algunas películas y tanto por sus habilidades hípicas como por su buena presencia consiguió garantizarse trabajo continuo como extra.
Gracias a su padre conoció a la estrella Marilyn Mille que había formado su propia productora especializada en películas del Oeste y utilizando sus influencias pudo trabajar en westerns o películas de "caballistas", como se denominaban en su momento, figurando su nombre en los créditos.
No tardaron en aconsejarle que si quería hacer carrera en la meca del cine se cambiara de nombre (había al menos dos Frank Cooper más trabajando en películas). Optó por Gary, Gary Cooper, nombre con el que pasaría a la historia del cine.
Pero el paso a la historia no fue cosa de dos días. Con tesón logró participar en pequeños papeles, casi siempre de vaquero. En The winning of Barbara Worth (Flor de desierto, 1926), de Henry King su presencia logró despertar el interés del público, pero también el de los estudios Paramount que no desaprovecharon la oportunidad y le contrataron rápidamente.
Un romance juvenil con la rutilante Clara Bow fue decisivo para su avance hacia el estrellato y para cimentar su creciente fama de Don Juan. Cooper negó su veracidad posteriormente arguyendo que se trató de un montaje concertado previamente con la famosa columnista Hedda Cooper, pero -montaje o no- fue la relación con la insaciablemente sexual Clara Bow (a la dama no le bastaba, por lo que cuentan las crónicas, una noche de amor con Cooper y salia a la búsqueda desesperada de otros hombres para saciar sus apetitos (sic)), su gran repercusión mediática y los encuentros y desencuentros que tuvo la pareja los que hicieron que Cooper fuera cada vez más solicitado en diversos films.
Si en "IT" (Ello, 1927) su papel fue nimio, casi marginal, en "Children of Divorce" si tuvo que actuar realmente.
Poco a poco la presencia de Cooper en otras películas fue más importante y decisiva y para 1928 varias revistas cinematográficas (y del corazón) le reconocieron como una nueva estrella en el firmamento hollywodense.
Sin embargo los retos no acabaron porque la irrupción del cine sonoro supuso un verdadero huracán que barrió buena parte de ese firmamento estelar..
Esos avances tecnológicos contituyeron una dura prueba para todos los actores y a todas las actrices de la época. Prueba que no todos superaron: Muchos cayeron en el olvido de la noche a la mañana, pues sus voces chirriaban como puertas mal engrasadas, otros sin embargo se elevaron todavía más en el Olimpo cinematográfico.
Gary, Cooper, como bien sabemos, superó el trance y "The shopworn Angel" ("El ángel pecador"), "Wolf song" ("El canto del lobo") y Betreyal ("perfidia") fueron sus últimos films mudos.
Un nuevo periodo se abrió en su vida y no solo artísticamente sino también en su vida privada.
Sustituyó a la voraz Clara Bow por la visceral y apasionada Lupe Velez, dama que recibía en Hollywood el sobrenombre de "la gata salvaje".
Como se suele decir, "juventud divino tesoro" y el joven Gary fue un seductor y un mujeriego de altura en sus tiempos mozos (¡aunque nunca se sabe bien en el business del cine que es realidad y que es ficción o simple propaganda laudatoria!). Desde luego, por lo que cuentan las crónicas la relación con Lupe fue vehemente y plagada de escándalos.
Tanto que, a pesar de que el mozo ya no era ningún niño, tuvo que intervenir su madre para poner sosiego y distancia entre la pareja.
A pesar de amoríos y vehemencias la carrera de Copper continuaba y la Paramount eligió "The Virginiano" ("El virginiano", 1929) como el vehículo para el lanzamiento definitivo del actor al cine sonoro.
Su éxito fue fulminante y sus admiradores quedaron completamente satisfechos y asombrados por realismo insólito con que el actor abordó el papel.
Después de The Virginian Cooper participaría en algunas películas menores hasta que muy pronto volvió a arrasar con otro gran éxito "Morocco" ("Marruecos," 1930), de Josef von Stenberg, con la estrella europea Marlene Dietrich.
La relación de la belleza alemana y el guaperas americano fue cordial, pero no tanto la del actor con el rígido directorSternberg, lo que hizo que Cooper se negase a participar en el futuro en una nueva película con la Dietrich si era dirigida por Josef von Sternberg (como así sucedió con Fatalidad)
La excesiva actividad actoral de Cooper entre 1930 y 1931 hizo que el actor adelgazase cinco kilos y le supuso un exceso de agotamiento. Para subsanarlo el medico le recomendó descanso y un reparador cambio de aires por lo que en el verano del 31 se embarcó rumbo a Europa recalando en Venecia y poco después en Roma en donde pronto encandilaría a la condesa Dorothy di Frasso, joven dama que le introdujo en la buena vida al estilo italiano y con la que pocos meses después emprendería un safari por todo lo alto en la antigua Tanganika (actual Tanzania).
La vida social y amorosa de Cooper empezó a incomodar a la Paramount (a pesar de la publicidad que ello le reportaba) y el estudio optó por fabricar una posible competencia a la supremacía del actor en la Compañía para que éste se sintiese más predispuesto a la docilidad.
Acababan de descubrir a Archibald Leach, al que rebautizarían como Cary (¿casualidad?) Grant.
Esto, unido a las necesidades económicas del actor -su estilo de vida era más bien dispendioso-, hizo que Cooper regresase al redil para trabajar en serio.
-continuará-
Todas las imágenes y/o vídeos que se muestran corresponden al artista
o artistas referenciados.
Su exposición en este blog pretende ser un homenaje y
una contribución a la difusión de obras dignas de
reconocimiento cultural, sin ninguna merma a los derechos que correspondan a
sus legítimos propietarios.
En ningún caso hay en este
blog interés económico directo ni indirecto.
Texto: Javier Nebot
No hay comentarios:
Publicar un comentario