jueves, 10 de octubre de 2019

Lugares (42): Nantes. Francia. 2º de 3.

Para los habitantes de Nantes saber que están a dos horas en tren de París es motivo de satisfacción.
Eso ha hecho posible un muy interesante trasvase poblacional, ya que la ciudad se ha convertido en residencia de muchos parisinos cansados de los trajines de la capital, y -a la vez- ha permitido que los habitantes de Nantes puedan disfrutar de las excelencias parisinas, sin abandonar definitivamente la tranquilidad de su entorno habitual.
Nantes, como ciudad, tiene firme voluntad de apostar su crecimiento futuro tanto en el aumento necesario de habitantes como apoyándose en el desarrollo de la cultura, de un modo muy similar a como ya lo hizo Bilbao en su momento para salir del marasmo de la desindustrialización que tanto le afectó hace unos años. Los medios tradicionales de supervivencia de ambas ciudades, como es bien sabido, se vieron alterados drásticamente por diversas crisis, pero ninguna de las dos renunció a buscar vías de desarrollo alternativo, cada una -claro- potenciando sus singularidades y sin olvidar su propia historia.
En Nantes, el cierre a finales de los ochenta del último astillero fluvial del Loira, coincidiendo con el cierre de la emblemática fabrica de galletas LU, significó la desaparición -traumática- de sus dos principales motores económicos. En poco tiempo -y eso se nota dando algún que otro paseo por sus calles- la ciudad no solo dejo de crecer sino que ya en 1990  había retrocedido a niveles demográficos de 1960.
Gracias al esfuerzo de sus habitantes y de sus políticos se están consiguiendo frutos y, sin duda, la ciudad experimenta un cambio a mejor.
La fábrica de LU -que destaca como un edificio de curiosas características- se ha convertido en Le Lieu Unique, un centro cultural que incluye un auditorio y una gran zona de exposiciones.
En el 2013 Nantes fue elegida como capital verde europea; como he mencionado antes hay un verdadero interés por potenciar eventos culturales y, además, poco a poco, se van restaurando barrios y edificios consiguiendo un aspecto de ciudad atractiva y deseable para sus propios ciudadanos y, para los que no lo somos, para poder pasar unas buenas vacaciones.
Un templo del espíritu y un templo del comercio cultural. En Nantes, como en la inmensa mayoría de las ciudades occidentales, conviven los símbolos del pasado y las nuevas realidades (aunque, como en este caso, se cobijen bajo formas clásicas).


El castillo de los Duques de Bretaña, de visita obligada, ayuda a conocer algo la historia de la ciudad y suele albergar diversas exposiciones temporales.

Panorámica de la antigua fábrica de LU, hoy centro cultural.


Triste recordatorio de un mercado infame.
La renovación de la ciudad pasa en muy buena medida por la recuperación de los márgenes fluviales y todo su entorno.


Una buena parte del cambio que experimenta la ciudad se materializa en la conocida como la isla de Nantes, una zona de unos cinco kilómetros de largo, poblada por unos 18.000 habitantes.
Hará unos quince años se acometió su transformación dando nuevos usos a lo que antaño fue un conjunto de astilleros. Surgen de esta manera edificios nuevos, escuelas de diseño, artes gráficas, restaurantes modernos y, especialmente, lo que ya se ha convertido en el gran atractivo turístico de nantes: Las máquinas "vivientes" de la Isla.
https://www.lesmachines-nantes.fr/es/
https://www.lesmachines-nantes.fr/es/printemps-des-nefs/
https://www.youtube.com/watch?v=ifvBgXU_mes
https://www.youtube.com/watch?v=wahEnDCJH3o












Entre todas las máquinas-animales el estrellato corresponde a un enorme y fantástico elefante de metal y madera, de unos 12 metros, que consigue llevar y pasear en sus lomos a cincuenta personas.
!Una gran experiencia para niños y mayores!


 ¡Y en un lugar como este no podía faltar un tiovivo!






Direcciones de interés:
Texto y fotosJavier Nebot

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