Nantes (Francia, casi un millón de habitantes si sumamos las urbes cercanas) es la capital del departamento de Loira Atlántico y es, también y entre otras cosas, la ciudad en la que nació Julio Verne, el inmortal escritor de novelas de ciencia-ficción.
Hoy Nantes es una urbe en crecimiento que intenta mantener -sino recuperar- pujanzas pasadas y que puede mostrar con orgullo un patrimonio histórico-arquitectónico realmente sugestivo.
Personalmente me pareció una ciudad con mucho encanto, evidentemente "muy francesa" (en la línea de otras ciudades de río francesas como pueden ser Burdeos o Lyon), y con una población muy joven y dinámica (en otras ciudades francesas el envejecimiento poblacional es manifiesto).
Es cierto que en algunos barrios se notan todavía los efectos de la crisis y el subsiguiente abandono que le acompañó (necesitan, por lo tanto, rehabilitación y apoyo por parte de sus habitantes y sus instituciones municipales) pero, en general, Nantes es una ciudad por la que resulta muy agradable deambular, tomarse una cerveza -o varias- en cualquiera de sus cafés y husmear entre sus comercios. Disfrutar de sus eventos culturales, también, desde luego.
La ciudad se encuentra surcada y rodeada por varios ríos: el Loira, el Erdre y el Sévre Nantaise entre otros. Tanta riqueza fluvial, añadida a sus otros encantos, otorgan a toda la zona un particular interés, especialmente para todos aquellos visitantes que quieren buscar formas de entretenimiento algo diferentes a las habituales del turismo de masas (y que suelen implicar unos tiempos un poquito más relajados).
Hay numerosas posibilidades de hacer paseos en pie y en bici, estancias "gourmet" -disfrutando de las viandas y vinos de la zona-, recorridos fluviales y, por descontado, itinerarios culturales y artísticos, como tendremos oportunidad de ver en los links de este mismo post y en las sucesivas entradas sobre esta ciudad.
Hay numerosas posibilidades de hacer paseos en pie y en bici, estancias "gourmet" -disfrutando de las viandas y vinos de la zona-, recorridos fluviales y, por descontado, itinerarios culturales y artísticos, como tendremos oportunidad de ver en los links de este mismo post y en las sucesivas entradas sobre esta ciudad.
Castillo de los Duques de Bretaña.
Prácticamente todo su centro histórico se puede recorrer con facilidad a pie.
Allí podemos ver como se entremezclan edificaciones de diversas épocas y hacernos una idea de como era la Nantes medieval y, especialmente, la decimonónica (con aires muy parisinos en algunas zonas).
Posibles links de interés:
Texto y fotos: Javier Nebot
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