Pensar que el feminismo, tal y como se presenta hoy en día en muchos foros, es la única manera correcta o válida de entender las relaciones entre hombres y mujeres y, por ende, de entender el mundo, es de un reduccionismo preocupante, cuando no abrumador y asfixiante.
Feminismo o venganza | VegaMediaPress | Noticias de Murcia
Lo que surgió y se desarrolló como una profunda toma de conciencia, como una lucha de necesidad absolutamente indiscutible para crear un paradigma vital más justo y realista, ha ido derivando en algunas voces extremas en una ideología bastante tóxica, estrecha y muy cercana a otras ideologías que cultivan con mimo y fruición el odio a pesar de querer venderse como alternativas al mismo.
Me recuerda el esencialismo marxista que, con sus pretensiones totalizadoras, demostró -verdaderamente hasta el hartazgo- cuál puede ser el camino que le espera a toda ideología que se impone a macha martillo: la contra reacción y el olvido. ¡Pero parece que fracasos históricos no enseñan!
Desde luego, algo falla en Occidente cuando la obsesión por determinadas utopias acaba siempre, históricamente, con posturas radicales, muy, muy polarizadas; posturas que incitan al enfrentamiento constante y que muy rara vez apuntan hacia la búsqueda de zonas de encuentros, a la creación de caminos comunes que, complementándose, construyan realmente un mundo más justo y, por tanto, mucho mejor para todos sus habitantes.
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