Las etiquetas, aunque útiles, siempre limitan. Nos valen como herramientas de acotación y análisis...siempre, claro, que no las convirtamos en sólidas piedras que nos impidan indagar en esos límites que sugieren y que son -casi siempre- mucho más fluidos y maleables de lo que muchas veces quisiéramos.
En cualquier caso y dicho lo dicho, algunos autores y analistas cinematográficos empiezan a hablar -hace ya algún tiempo- de cine "ecológico". No es difícil, desde luego, hablar hoy de ello: hay sensibilidad social por el tema, es una etiqueta de moda (no hay apenas un producto o energía que no se auto aplique tal denominación), existe un público realmente interesado por dichos asuntos y, como no podía ser menos, hay también astutos productores y directores que se han apuntado a tales planteamientos, a veces como nicho de negocio, a veces por interés sincero.
Aquí, y con todos los reparos que se quieran o puedan poner, vamos a considerar como tal aquel cine que muestra una mirada sensible hacia el deterioro del hábitat, la degradación ambiental existente o la conflictiva relación de los seres humanos con -casi- todos los animales. Es, lo sé, un verdadero cajón de sastre, pero no pretendo una estructura de exigente rigor académico para un nuevo género cinematográfico sino, más bien, sugerir algunas películas que plantean la preocupante relación -cuando no definitivamente tóxica- de buena parte de la humanidad con su entorno vital.
No me meto, voluntariamente, en las cuestiones hoy más rimbombantes y omnipresentes del llamado "cambio climático", un tema muy complejo y, para mi, excesivamente mediatizado por intereses políticos y económicos. Dejo eso para gentes más valientes.
Mi intención aquí es mostrar, sugerir -como he mencionado un poco más arriba- films que con sensibilidades diferentes nos recuerdan que, aunque nos creamos los "reyes del mundo", realmente somos sus invitados y que las acciones constantes de abuso y maltrato a la naturaleza tendrán, finalmente, un efecto desastroso para todos si no somos capaces de tomar conciencia de ello y actuamos en sana consecuencia para evitar expolios, abusos y destrucción salvaje de la naturaleza.
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-"El oso" (1988). Jean Jacques Annaud.
L'Ours - El Oso - Trailer con subtítulos en español - TV5MONDE Latina
El oso (película) - Wikipedia, la enciclopedia libre
Un bonito intento de sensibilizar al público sobre la posible extinción de estos poderosos animales. Sobran los "gemiditos" que ponen al osito como si éste fuese un niño, pero la película está bien filmada y se deja ver con agrado.
El oso (1988) - IMDb
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-"El gran azul" (1988). Luc Besson.
"El Gran Azul, Overture"
Azul profundo (1988) - IMDb
Es difícil afirmar que este largometraje tenga en sí mismo un sentido "ecológico" pero, al menos, muestra una profundísima fascinación por los océanos. Realmente, otro mundo en nuestro mundo.
El gran azul (Trailer castellano)
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-"La selva esmeralda" (1985). John Boorman.
The Hard Core from John Boorman's Emerald Forest 1985.
Perdido en el Amazonas (1985) - IMDb
The Emerald Forest (Modern Trailer)
Una sugerente película de John Boorman que nos muestra el choque profundo entre dos cosmovisiones vitales totalmente opuestas que entran en inevitable conflicto. Una reflexión sobre cómo el desarrollo invasivo de unos destruye el mundo de otros y sobre cómo una manera concreta de entender la vida se impone a cualesquiera otras.
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Hay una variante dentro del cine ecologista que tiene mucha aceptación: Se trata de aquella en la que se muestra el apocalipsis, el horror, la destrucción.
De ella, sin duda, han tomado buena nota los medios de comunicación de hoy en día, especialmente las televisiones, que intentan por todos los medios "vendernos", más que conciencia, drama; más que responsabilidad, fin inminente, destrucción total. Todo en forma de epidemias, plagas, huracanes y calentamientos constantes y sin fin.
En el cine, a veces con posturas bienintencionadas, a veces por mero mercadeo del espanto, se han producido muchas películas que han incidido en el pavoroso abismo hacia el que nos dirigimos (algunos con miedo y preocupación, otros muchos con gusto y felizmente consumidores, como si cualquier alarma fuese solo una película más con la que entretenernos en una vida con poco sentido). ¡Difícil encontrar ese punto medio y prudente entre asumir el fin del mundo y avanzar a ciegas hacia no se sabe dónde creyendo que nunca sucederá nada!
-"La hora final" (1959). Stanley Kramer.
Un holocausto nuclear ha dejado la mayor parte del planeta libre de humanos.
Solo queda un grupo de supervivientes en Australia...pero la onda radiactiva está a punto de dar al traste con todo.
Hoy nos vamos armando de nuevo hasta los dientes como si buscásemos con ahínco un final apocalíptico para esa gran condensación de estupidez humana que se da últimamente por el mundo, pero no parece que hoy vivamos en ese terror nuclear que sí vivieron nuestros padres o abuelos durante la guerra fría.
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-"El planeta de los simios" (1968). Franklin J. Schaffner
Un clásico en toda regla que ha generado mogollón de secuelas y precuelas (algunas muy interesantes).
El astronauta George Taylor -un fornido Charlton Heston- llega a lo que cree que es un planeta extraño, pero, después de darle muchas vueltas y ver a humanos esclavizados por simios hiper evolucionados, se da cuenta con horror de que ha regresado a la tierra, pero del futuro.
Una tierra llevada al apocalipsis y evolucionada con un nuevo tipo de "animal dominante" (un poco torpe la evolución ¡Con los delfines seguro que la tierra hubiera sido otra cosa!)
Gloriosa y premonitoria de la diversidad actual la escena en la que la simia (doctora Zira) se besa arrobada con Charlton Heston, un astronauta muy perplejo.
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-"El día de los animales" (1976). William Girdler.
Una especie de venganza de los seres de la naturaleza hacia los depredadores humanos. Por lo que se cuenta, una drástica reducción de la capa de ozono (de la que ya nadie habla) ha producido una mutación genética en muchos animales y a estos les da por atacar a excursionistas como si fuesen una comida muy sabrosa y no dura y rancia.
El Día de los Animales "Day of the Animals / Something Is Out There" (1977) Trailer 1
El Día de los Animales "Day of the Animals / Something Is Out There" (1977) Trailer 2
DAY OF THE ANIMALS (1977) | Official Trailer #3 | HD
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-"La última ola" (1977). Peter Weir.
De nuevo dos culturas diferentes entran en conflicto. Los aborígenes australianos "leen" los signos de la naturaleza, la meteorología, con una perspectiva cosmológica que se nos escapa a los accidentales, ciegos a cualquier mensaje que no sea publicitario.
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-"Jurassik Park" (1993). Steven Spielberg.
Steven Spielberg reflejó con singular maestría el riesgo de jugar a ser dioses empleando la manipulación genética y resucitando a seres desaparecidos del planeta hace millones de años.
El filón iniciado por él ha generado todo un ciclo de películas de entretenimiento, algunas muy interesantes de ver. No sé si ayudan a tomar conciencia, pero uno pasa un buen rato y quizás en el inconsciente de algún espectador prenda el interés por las posibles fatalidades derivadas por un mal uso de la ciencia.
Desde luego, hay muchas variantes de catástrofes y mundos al borde de la extinción en el cine.
Es verdad que algunas de ellas resultan bastante esperpénticas (como toda la serie de Mad Max y sus copias de serie B), pero no dejan de incidir en el hecho de que como no cuidemos nuestra arcadia feliz acabaremos a hostia limpia y en el peor estadio de supervivencia y evolución humana (no la del más apto sino la del más bestia o la del más imbécil).
-"Cuando el viento sopla" (1986). Jimmy T. Murakami.
Una muy curiosa película de animación que nos cuenta cómo se las apaña una pareja de jubilados que vive en una remota zona rural de Gran Bretaña para sobrevivir a un ataque nuclear.
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-"Mad Max" (1979). George Miller.
En un futuro post nuclear surgen vándalos de la peor clase.
Max Rockatansky (un juvenil Mel Gibson), antes policía, tendrá que vérselas con ellos y mucho más, después de matar a su jefe.
Brío y estética (macarra de los ochenta) tuvo, ciertamente, la película.
También bastante éxito como señala la existencia de secuelas y pseudo imitaciones hasta tiempos muy recientes.
-Mad Max 2. (1981). George Miller.
-Mad Max 3: Más allá de la cúpula del trueno. (1985). George Miller.
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-"Waterworld" (1995). Kevin Reynolds.
Si en la serie de los Mad Max pasamos una sed horripilante con tanta arena, en Waterworld estamos bien refrescados porque el mundo post-apocalíptico sobrevive en medio del océano: por el calentamiento global o por lo que sea, resulta que los casquetes polares se han derretido y todo el que puede se las apaña en plataformas flotantes y aguanta el tipo entre personajes que no tienen nada que envidiar a los de Mad Max.
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La desmesura humana también ha sido tratada por directores "sesudos" como Werner Herzog.
-"Fitzcarraldo" (1982). Werner Herzog.
La película nos muestra un nuevo choque de culturas a través de la mente obsesionada de Brian Fitzgerald "Fiztcarraldo".
-"Grito de piedra" (1991). Werner Herzog.
El mundo -apasionante y peligroso- de los escaladores. Sobre la pasión por ver el mundo desde lo alto de las cumbres, se han realizado largometrajes de calidad y en abundancia. De hecho, los films de "montaña" constituyen un verdadero subgénero cinematográfico.
Sea cual sea la trama, la naturaleza en todo su esplendor está garantizada.
-"K2" (1991).
-"La cima" (2022)
-"Tormenta infinita" (2022)
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Para centrarnos un poco más en lo "ecológico", termino esta entrada con algunos films emblemáticos.
-"Un tipo genial" (1983). Bill Forsyth.
La avaricia prototípica de las petroleras se ve cuestionada en un pueblecito escocés por un viejo que se enfrenta al afán de hacer dinero de sus vecinos y al plan de la petrolera de construir por esos pagos una refinería (hoy, probablemente, encerrarían al viejo Ben en un psiquiátrico por atentar al bien común).
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-"Dersu Uzala" (1975). Akira Kurosawa.
Un clásico en toda regla, imprescindible, del famoso director japonés Kurosawa.
Un capitán ruso y un cazador nómada se encuentran en la taiga siberiana. Dersu enseñara a Vladimir una forma de relacionarse con la naturaleza.
Hay una película anterior, soviética, con el mismo título e historia, de Agasi Babayan, en la que -evidentemente- se inspiró Kurosawa.
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-"Urga, el territorio del amor" (1991). Nikita Mikhalkov.
En la misma línea que en Dersu Uzala, esta película explora la amistad entre un pastor mongol y un camionero ruso que se ha perdido en la estepa asiática por una avería.
Una buena excusa para mostrar el abismo cultural y social entre dos culturas muy diferentes, el rural y el urbano.
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-"Las aventuras de Jeremiah Johnson" (1972). Sidney Polack.
Desertar de la mierda que te rodea suele ser una decisión difícil (y muy obstaculizada por quienes no quieren que lo hagas), pero el aguerrido Jeremiah Jonhson decide hacerlo y se larga a las Montañas Rocosas, poco menos que en el fin del mundo (civilizado) para estar tranquilo y vivir con los indios Crow en una relación difícil, pero sana.
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-"Gorilas en la niebla" (1988). Michael Apted.
La historia de la primatóloga Dian Fossey y su labor en el estudio y defensa de los gorilas bien merecía una película digna (y esta lo es).
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Y por último un film apocalíptico, pero realmente muy sagaz y visionario.
Un clásico, pero de los de verdadera antología y, probablemente, la mejor película de su director.
"Blade Runner" (1982). Ridley Scott.
En esta película, muy filosófica y existencial, la identidad humana se ve cuestionada cuando existen replicantes de casi imposible diferenciación y que, además, desean tener recuerdos y formas de sentir y vivir totalmente análogas a la de sus creadores humanos (amén de no querer saber su fecha de caducidad al igual que ellos).
Gloriosa la escena en la que el replicante humano destruye a su creador. Freud total.
Además, el film de Scott creó una estética tan atrayente y poderosa que todavía hoy, casi cincuenta años después, es imitada sin complejos por muchas películas y series de televisión.
La versión de Denis Villeneuve (2017), extraordinario director, también hace reflexionar, no sé si exactamente en términos "ecológicos", pero sí de evolución humana y planetaria: Un mundo oscuro, asfixiante, con "muros" para todo pichichi porque hay que situarse adecuadamente para sobrevivir.
¿¿El mundo hacia el que vamos, con agenda o sin agenda 2030??
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