Paseando por Perugia.
Se puede dedicar dos o tres días (o más si se cuenta con tiempo) a descubrir Perugia.
Es una ciudad repleta de lugares con encanto y -como decía en mi post anterior- poseedora de un enorme patrimonio medieval. Con todo, creo que incluso aquellos que se cansan de ver "piedras" disfrutarán de esta ciudad perdiéndose por la infinidad de callejones que la conforman y trasladándose mentalmente a otra época.
Se puede dedicar dos o tres días (o más si se cuenta con tiempo) a descubrir Perugia.
Es una ciudad repleta de lugares con encanto y -como decía en mi post anterior- poseedora de un enorme patrimonio medieval. Con todo, creo que incluso aquellos que se cansan de ver "piedras" disfrutarán de esta ciudad perdiéndose por la infinidad de callejones que la conforman y trasladándose mentalmente a otra época.
Perugia es una ciudad que cuenta en la actualidad con unos 160.000 habitantes.
El núcleo central de su casco antiguo está atravesado por el muy popular corso Vannucci (en honor al hijo predilecto de la ciudad, el pintor Pietro Vannucci, el Perugino).
Éste se inicia -en su extremo norte- en la plaza IV de noviembre.
Allí se encuentra la fontana Maggiore (realizada en el siglo XIII por Nicola y Giovanni Pisano) y el Duomo (iniciado en el siglo XV y que guarda una reliquia sumamente valorada por los peruginos: el anillo de boda de la Virgen).
Continua atravesando la ciudad y, recorriéndolo, nos encontramos el Palazzo del Priori y la Galería Nacional de la Umbria (a la que dedicaré el próximo post). Al finalizarlo podemos acceder a unas espectaculares vistas del valle sobre el que se alza la ciudad y, también, podemos descender por la roca Paulina (llamada asi porque fue construida por el papa Paulo III), a los barrios que la rodean.
Una de las puertas de entrada/salida de la Roca Paulina.
Ésta ha conservado en su interior muchas de las antiguas calles medievales, calles que fueron selladas para construir uno de los complejos defensivos más extraordinarios que he visto y que -sin duda- constituye uno de los principales atractivos de la ciudad, lejos ya de los fines militares que propiciaron su construcción
La ciudad celebraba este año su seiscientos cumpleaños.
Entrada a el Museo Arqueológico Nacional de la Umbria -MANU- (sito en los antiguos claustros de un monasterio dominico)
Plaza de Giordano Bruno.
Calles pintorescas.
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