Con su habitual tono seco, aséptico y directo -aunque no carente de acidez- Ulrich Seidl (Viena, 1952) analiza en este film el cómo y el por qué de los safaris, que es lo que lleva a determinadas personas a matar y a disfrutar matando, ¿sólo el instinto?. Sus conclusiones, por lo que muestra, sin duda reales, son bastante demoledoras (pero quizás no tanto como la apabullante En el sótano).
Desde luego los films de Seidl no dejan indiferente a nadie y sirven para diseccionar una sociedad que, a la vez que se embadurna de bellas palabras y glamurosas intenciones, se sumerge en cloacas de -cuando menos- dudosa salubridad. Pero hay que saberlo y hay que mostrarlo, claro.
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