lunes, 15 de marzo de 2021

Opinión personal (82): El siglo XVIII y su cultura en el cine (11).

 Después del post dedicado a Defoe y su  Robinson Crusoe, continuamos con otro grande del universo literario inglés: Jonathan Swift.

Es difícil que alguien en su infancia no haya ojeado alguna edición de Los viajes de Gulliver aunque, en el fondo, se trata de un libro que rezuma bastante amargura y constituye una sátira feroz sobre la condición humana.  Su autor destilaba bastante pesimismo frente a la vida y hacia los seres humanos en general y su obra arroja una mirada desencantada y muy crítica hacia los defectos de nuestra especie.  Jonathan Swift, con todo, no se deja arrebatar hacia el panfleto -aunque escribió muchos- y narra sus historias de fantasia con un estilo preciso y conciso, como si fueran crónicas de la realidad, logrando sumergir al lector en un ambiente creíble, impregnado de veracidad.  

Swift se esfuerza desde el prólogo, al igual que hizo Defoe con su Robinson, en presentar a su héroe como un modelo de sinceridad: "Hubiera podido quizá, como hacen otros, entusiasmar al lector con relatos fantásticos e increíbles, pero prefiero presentaros los hechos en forma tan detallada y sencilla como sea posible, pues mi primer cuidado y preocupación es ilustrar al lector, en vez de hacerle pasar un rato entretenido".

Nuestro autor dominó la vida literaria inglesa durante la primera mitad del siglo XVIII. Algunos datos biográficos parecen explicar su vision amarga de la vida y su desprecio por los seres humanos (una especie de encarnación del "homo homini lupus" de Hobbes). Fue hijo póstumo de un funcionario de la Corona que dejó a su mujer y a su hijo una herencia de miseria. Un tío suyo decidió hacerse cargo de su educación, pero no parece -por algún comentario posterior del escritor- que ésta fuese precisamente de su agrado (a pesar de que gracias a su tío, Swift pudo estudiar en la universidad de Dublin). No fue un estudiante especialmente destacado y, además, mostró suficiente rebeldía como para no congeniar demasiado bien con las autoridades académicas. Hasta casi los treinta años vivió gracias a la generosidad de sus parientes. Cuando decidió independizarse entró en el sacerdocio y obtuvo una pequeña parroquia en Irlanda. Tal menester le generaba unas rentas bastante escasas, lo que hizo que Swift se sintiese siempre al borde la pobreza (cosa que, por lo visto, contribuyó a generar una carácter avaricioso, aunque eso no evitó que regularmente cediese parte de sus rentas a los pobres).

Cuando Swift alcanzó la fama como escritor, algunos personajes importantes quisieron entablar amistad con él, pero él no era capaz de complacer a nadie que no fuese de su agrado, aunque fuesen "grandes señores". De carácter altivo, nunca olvidó las humillaciones que sufrió durante su juventud. Con el tiempo, Swift decidió orientar sus ambiciones hacia la política aunque no lo tuvo fácil porque un simple sacerdote no podía aspirar a ser elegido para la Cámara de los Comunes. Aspiró a una sede episcopal para poder obtener la suficiente dignidad y así hacer carrera política.....pero no lo consiguió. Con su carácter independiente y agrio se granjeó la enemistad de personas muy influyentes. Su sátiras contra la Iglesia oficial fueron de tal calibre que la reina Ana le consideraba poco menos que un blasfemo; desde luego, demasiado sarcástico como para llegar alguna vez a ser obispo.

En 1726, Los viajes de Gulliver ya estaban preparados para la publicación y esta obra fue el gran acontecimiento literario del año. A pesar del éxito que obtuvo Swift diversos problemas físicos y nerviosos amargaron los últimos años del escritor que, finalmente, acabó perdiendo por completo la razón y sumiéndose en una apatía cada vez más total.

-“Los viajes de Gulliver” (1960). Como he mencionado más arriba, esta obra de Swift, probablemente por su imaginativa y excéntrica historia, fue considerada desde muy pronto como un relato perfecto para un público joven aunque, desde luego, en absoluto fue ese el objetivo de Swift. 

Su autor pretendía hacer una crítica severa de la sociedad de su tiempo y de sus inconsecuencias. En cualquier caso, y fuesen cuáles fuesen las pretensiones reales de la novela, ésta tuvo un éxito incontestable entre la juventud, marcando su destino, tanto a nivel bibliográfico como en las sucesivas versiones cinematográficas. 

Una de las primeras versiones de esta obra no quiso obviar esta realidad y fue la filmada, en 1939, con dibujos animados por Dave Fleischer con la colaboración de algunos  directores más.  Los viajes de Gulliver (1939) - IMDb


-“Los viajes de Gulliver (1960). Esta versión se realizó con actores de carne y hueso y fue dirigida por Jack Sher, con el aliciente de ver a las murallas de Ávila como parte del mundo de Lilliput. 
Los efectos visuales, que hoy resultan enternecedoramente naifs, corrieron a cargo del gran Ray Harryhausen y de las miniaturas se responsabilizó Francisco Prósper.

La versión de 1996 de “Los viajes de Gulliver”, se realizó una adaptación en forma de miniserie para la televisión, protagonizada por Ted Danson y dirigida Charles Sturridge. 

En el 2010 se volvió a llevar esta novela al cine, también claramente enfocada hacia un público juvenil, en esta ocasión de la mano de Bob Lettermann y con el casi siempre histriónico Joe Black como protagonista. 

Otras obras literarias que fueron “hits” en su época y han merecido atención cinematográfica o televisiva: 
-“Tom Jones” (1963), dirigida por Tony Richardson y protagonizada por Albert Finney, según la novela de Henry Fielding

- “Clarissa” (1991), mini-serie británica que ilustra la novela de Samuel Richardson. 

Todas las imágenes y/o vídeos que se muestran  corresponden al artista o artistas referenciados.
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 Texto: Javier Nebot

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