Bolonia (continuación)
Presidiendo la Piazza de Santo Stefano se encuentra la basílica del mismo nombre, comúnmente conocida como "Siete Iglesias" (aunque en la actualidad perviven cuatro: la del Crucifijo, la del Calvario -que es una reproducción del sepulcro de Cristo en Jerusalén y que custodiaba en tiempos las reliquias del patrón de Bolonia, San Petronio-, la de los mártires Vital y Agripa y la iglesia de la Trinidad).
Como fue bastante común en su época, todo se inició a partir del emplazamiento de un antiguo templo romano en donde, a finales del siglo cuarto, el mencionado obispo San Petronio fundó un iglesia cristiana.
A partir de ahí, manteniendo el núcleo original -al menos hasta cierto punto porque la invasión húngara del siglo X dejó muy pocas piedras en su sitio-, diversas transformaciones permitieron cohabitar distintas iglesias en una peculiar y paulatina anexión de templos, que fue dirigida en buena parte por los monjes benedictinos entre los siglos X y XIII.
Quizás por la antigüedad o por la extraña mezcla arquitectónica, o por el espíritu que se respira entre sus paredes, hay que reconocer un ambiente especial dentro de ese complejo de iglesias que incluye un hermoso claustro románico.
Iglesia del Santo Sepulcro.
Patio de Pilato.
Claustro románico.
El día de la visita a Bolonia el Museo Cívico Arqueológico organizaba una interesante exposición: "Egitto, splendore millenario" (del 16/10/15 al 17/07/16).
Ante las dudas de poder incluir a lo largo del viaje una escapada al Museo Egipcio de Turín optamos por verla y solo puedo decir aquí parabienes sobre ella: Una muestra muy bien montada, con piezas muy interesantes y con un buen soporte didáctico.
Desde luego, ya puestos, y a pesar de la sabia recomendación de algunos expertos de no estar nunca más de dos horas en un museo, no se podía desaprovechar la oportunidad de visitar -¡ estando en el mismo edificio!- el Museo Cívico Arqueológico: miles de piezas etruscas, griegas y romanas. Evidentemente no aconsejo la visita a un museo arqueológico a quien no tenga un interés previo sobre los objetos a ver ya que la similitud entre los mismos -como es lógico al tratarse de hallazgos de una misma época- puede ser peligrosa para el interés y para la adecuada valoración y disfrute de lo que se observa, pero si se vence la inercia a considerar clónicos objetos que no lo son puede disfrutarse del hallazgo de piezas realmente muy interesantes amén de poder "amueblar" de primera mano y certeramente los imaginarios históricos de cada uno.
Una exposición temporal sobre Edward Hopper en el Palacio Fava
y una visita a los restos del gueto judío
hicieron imposible -los tiempos no daban de si- visitar la Iglesia de Santa María della Vita. En ella se encuentra uno de los grupos escultóricos en terracota del siglo XV más realistas y conmovedores que existen: la piedad de Niccoló dell´Arca. En él la Virgen y María Magdalena, con la túnica inflada por el viento, muestran su rostro desgarrado por el dolor de la pérdida del ser que amaban. Humanismo renacentista que se abre hacia el manierismo.
Un motivo -entre muchos- para volver a Bolonia.
Fotos y texto: Javier Nebot
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