domingo, 7 de agosto de 2016

Pequeño Tour por Italia (14): Florencia (8º de 9),Palacio Vecchio y el Bargello.

El Palacio Vecchio, en el núcleo histórico de Florencia, sigue siendo la sede del Ayuntamiento de la ciudad. Su construcción terminó en 1322 y desde entonces ha experimentado pocos cambios externos, manteniendo así su severo aspecto medieval inicial. No se puede decir lo mismo del interior que si pasó por diversas reformas, empezando por la que ordenó en 1540 Cosme I y que llevó a cabo Vasari.
La visita merece la pena por diversos motivos, pero si tuviese que señalar dos -por aquello de no sobrecargar con información al lector- recomendaría encarecidamente visitar el extraordinario salón del Cinquecento, repleto de excelentes frescos y estatuas de mármol (y de unas dimensiones majestuosas) y subir por su torre/campanario hasta lo más alto que sea posible ya que desde allí arriba el visitante podrá disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad y del Arno.
Para el visitante español supondrá un acicate visitar las dependencias de Leonor de Toledo.










La sala de los "quinientos"era el lugar en donde se reunía el Consejo General del Pueblo integrado, precisamente, por quinientos representantes de los ciudadanos de a pie. Dicho Consejo fue instaurado en 1494 por el flamígero Savonarola.
En su momento, artistas de la talla de Leonardo y Miguel Ángel prepararon obras para su decoración pero tanto la batalla de Cascina como la de Anghiari quedaron inconclusas.
Las obras que vemos hoy son, fundamentalmente, de Giorgio Vasarí.

Sala de las Audiencias. En el momento de la visita se podía disfrutar de una exposición de esculturas de Jan Fabre.
Su artesonado se atribuye a Giuliano de Maiano y sus frescos a Francesco Salviati (1510-1563).


Vista de la Santa Croce desde la torre-campanario.
Vista de la Sinagoga.
Tortuga dorada, obra de Jan Fabre.
El Bargello, fotografiado desde la Torre del Palacio Vecchio.
Vista de los Uffizzi.


El Palacio del Bargello tiene, al igual que el Palacio Vecchio, el aspecto recio y severo que era común en las edificaciones de la Florencia de su época. Éstas tendían  más a ser fortalezas medievales que verdaderos palacios renacentistas.
Casi cien años anterior al Palacio Vecchio -su construcción se inició en el año 1255- fue en un principio la sede del Podestá, el jefe de la ciudad, aunque con el devenir de los años el edificio tuvo diferentes utilizaciones (juzgado, centro penitenciario, sede la policía urbana) hasta que en 1859 se decidió trasladar allí la colección de escultura y artes decorativas de los Uffizzi y convertirlo en el Museo que es hoy.
¿Que ver aquí?
Al ser un museo pequeño yo recomendaría verlo todo aunque hay piezas de un interés especial como son el Baco de Miguel Ángel, el Mercurio de Juan de Bolonia, el San Jorge de Donatello y los David (tanto el de Donatello como el de Andrea del Verrocchio)















Texto y fotos:  Javier Nebot


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