viernes, 25 de mayo de 2018

Lugares (29): Périgord-Sarlat.

Sarlat, en el centro del Périgord (a unos 200 kilómetros de Burdeos), es una villa que cuenta con un casco histórico medieval muy bien conservado.
Es, también, un lugar vivo, no un decorado.
Parece una obviedad, pero no lo es. Al revés, hay que insistir en ello porque la tendencia a convertir cualquier población con atractivo en una especie de escenario para que deambulen a gusto, sacando fotos y comprando chuminadas, los turistas empieza a ser bastante preocupante y, además es una tendencia que sigue en alza entre muchos empresarios y responsables de desarrollo local y turístico.
Desde luego, no soy experto en el tema y confío en que los que si lo son -al menos eso quiero pensar- reflexionarán en serio sobre el impacto negativo que pueda derivarse del hecho de ceder buena parte de los espacios de sus pueblos y ciudades al negocio turístico y a sus particulares secuelas (casi siempre en detrimento de actividades económicas propias)....pero la experiencia que da el viajar y ver los que sucede en muchas partes hace entender  el por qué de algunas reacciones airadas que -aunque se tilden luego de "anti-sistema"- tienen en muchas ocasiones una clara razón de ser por el desarraigo y desvirtuación al que se someten muchos sitios en nombre del "bienestar turístico" (y de la pela).
Afortunadamente, Sarlat sobrevive y el visitante puede disfrutar no solo de la belleza y encanto de sus calles sino de comercios pujantes, de los productos gastronómicos locales -de gran calidad- y de algo tan sencillo como observar la vida cotidiana y tranquila de uno de los lugares más bellos de Francia.
La excelente ubicación de Sarlat-la-Canéda (cerca de 10.000 hab.), casi el centro del Périgord Negro, la convierte en un lugar perfecto como posible base de pernocta y para realizar desde allí innumerables excursiones a los lugares de interés circundantes: Castillo de Beynac, la Roque-Gageac, las grutas de Roc de Cazelle, diversos jardines (como los de Eyrignac) y todos los castillos que pueda imaginar. No por nada dijo el escritor norteamericano Henry Miller que allí "estaba el paraíso de los franceses".

Siempre he pensado que una de las grandes ventajas de visitar Francia (e Italia, claro) es poder degustar su extraordinaria gastronomía. El nivel de vida es, ciertamente, bastante más elevado que en España y eso se nota mucho en los precios. Es pues un factor a tener en cuenta pero -si es posible- no debe arredrarle porque se puede disfrutar de menús muy bien elaborados por precios bastante razonables (alrededor de 20 euros sin bebida) y encontrar en sus mercados productos sabrosos sin dejar temblando la VISA (Sarlat celebra los miércoles y los sábados un mercado abierto en el centro del pueblo para mostrar y vender a propios y extraños las delicias locales: foigras, patés, embutidos, nueces, boletus, trufas, dulces, vinos etc). ¡No se lo pierda y disfrútelo!
Direcciones gastronómicas de interés (especialmente para los amantes del foie gras)  en Périgord:
-Foie Gras Héléne Mudry. La Borie 24110. Saint Astier.
-Domaine de la Peyrouse. Explotación agrícola. Périgueux.
-La colline gourmande. Explotación agrícola. Castel Déche-24330 La Douze.
-Conserverie du Manoire. Fossemagne,
-Foies Gras Teyssier. Montignac.
-Maison Pelegris & Fils. Montgnac.
-Délices de Turnac. Domme.
-Maison Jouve. La Roque Gageac.


Callejear -uno de los placeres de todo viaje- tiene en Sarlat premio seguro pues casi todos los rincones nos retrotraen a otra época y son dignos de "patearse". Ahora bien, si lo que quiere es disfrutar del "ambientillo" hágalo antes de las siete de la tarde porque, una vez se cierran los comercios la ciudad y siguiendo las más enraizadas costumbres francesas, a partir de esa hora todo entra en una calma casi total.







En la plaza de la Liberté, cobijado en la antigua iglesia de Santa María y protegido por dos inmensas puertas diseñadas por Jean Nouvel, se encuentra un pequeño mercado cerrado que abre todos los días al publico. 
A su alrededor infinidad de comercios especializados ofrecen también sus especialidades....¡entre las que le será muy difícil decidirse!.

Los gansos (y las ocas y patos) bien merecen un monumento porque la cantidad de delicias que proporcionan son incontables.
No se pierda, aparte de los mencionado, la fachada de la Maison de la Boétie -en la foto de arriba-, la que fuera casa del amigo de Montaigne, Etienne de la Boétie, construida en el siglo XVI; también podrá disfrutar en la plaza de los Tres Gansos (fotografiados un poco más arriba) el palacio Manoir de Gisson, cuyo interior se puede visitar (previo pago); y, por descontado, no se olive de la catedral gótica: La iglesia románica de la abadía benedictina de Sarlat se convirtió en una catedral en el año 1317, cuando el Papa Juan XXII fundó el obispado de Sarlat (obispado que subsistió hasta 1790, año en el que se fundió con el de Périgueux). En 1505 el obispo de Gontaud-Arman Biron encomendó la labor de edificar una nueva catedral, dirigiendo las obras el Maestro Masón Blaise Bernard. Los problemas económicos, las guerras y las epidemias fueron ralentizando los trabajos de construcción y de ahí la convivencia de diferentes estilos.

Texto y fotos:

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