122,30 x 114,50 cm. Témpera sobre lienzo.
Esta obra, pintada por John Duncan en 1913, de estilo simbolista, se encuentra en la Galería Nacional de Escocia.
El estilo en el que está pintada ya no era -claramente- el imperante en el momento en que se pintó.
El cubismo y el expresionismo del Blue Rider marcaban, sin duda, la tónica artística de las vanguardias pero, con todo, se trata de un lienzo lleno de cierto encanto intemporal que no ha envejecido nada mal.
Duncan nació y se educó en Dundee. Abandonó la escuela a los catorce años para trabajar de ilustrador comercial. Estudió en Amberes con Charles Verlat y en Italia con diversos maestros.
Allí quedó impresionado por las cualidades espirituales de artistas como Fra Angélico o Botticelli.
Cuando regresó a Escocia siguió trabajando como ilustrador, sin embargo pronto decidió volcarse en crear su propio arte y en dar clases. Pasó muchos años (de 1925 a 1945) en el Edinburgh College Art, primero enseñando y luego como bibliotecario.
En sus obras resultan evidentes las influencias de los prerrafaelitas, del medievalismo ornamental propio del movimiento Arts & Craft de William Morris y del Art Nouveau continental .
Su estilo ha sido tildado por algunos expertos de decorativista, pero eso no era considerado en su momento como algo peyorativo sino como el reconocimiento a una forma de hacer arte que impregnaba todo los aspectos de la vida (a diferencia del show-mercado de hoy en día).
Duncan participó en el Celtic Revival. un movimiento que intentó revivir el legendario pasado de Gran Bretaña y resucitar una nueva identidad cultural. La re-activación literaria de los mitos de las Tierras Altas Escocesas y los de los Galeses contribuyeron ha crear un ambiente inspirador adecuado.
Duncan pintó muchos cuadros enmarcados en esta tendencia, varios de ellos de clara simbología religiosa, aunque la religiosidad de Duncan no era lo que se dice convencional. En 1909 se unió a la Sociedad Teosófica de Edimburgo y se volcó en estudiar filosofía, religiones compradas y ocultismo.
https://www.nationalgalleries.org/art-and-artists/17484/saint-bride
Esta obra, pintada por John Duncan en 1913, de estilo simbolista, se encuentra en la Galería Nacional de Escocia.
El estilo en el que está pintada ya no era -claramente- el imperante en el momento en que se pintó.
El cubismo y el expresionismo del Blue Rider marcaban, sin duda, la tónica artística de las vanguardias pero, con todo, se trata de un lienzo lleno de cierto encanto intemporal que no ha envejecido nada mal.
Duncan nació y se educó en Dundee. Abandonó la escuela a los catorce años para trabajar de ilustrador comercial. Estudió en Amberes con Charles Verlat y en Italia con diversos maestros.
Allí quedó impresionado por las cualidades espirituales de artistas como Fra Angélico o Botticelli.
Cuando regresó a Escocia siguió trabajando como ilustrador, sin embargo pronto decidió volcarse en crear su propio arte y en dar clases. Pasó muchos años (de 1925 a 1945) en el Edinburgh College Art, primero enseñando y luego como bibliotecario.
En sus obras resultan evidentes las influencias de los prerrafaelitas, del medievalismo ornamental propio del movimiento Arts & Craft de William Morris y del Art Nouveau continental .
Su estilo ha sido tildado por algunos expertos de decorativista, pero eso no era considerado en su momento como algo peyorativo sino como el reconocimiento a una forma de hacer arte que impregnaba todo los aspectos de la vida (a diferencia del show-mercado de hoy en día).
Duncan participó en el Celtic Revival. un movimiento que intentó revivir el legendario pasado de Gran Bretaña y resucitar una nueva identidad cultural. La re-activación literaria de los mitos de las Tierras Altas Escocesas y los de los Galeses contribuyeron ha crear un ambiente inspirador adecuado.
Duncan pintó muchos cuadros enmarcados en esta tendencia, varios de ellos de clara simbología religiosa, aunque la religiosidad de Duncan no era lo que se dice convencional. En 1909 se unió a la Sociedad Teosófica de Edimburgo y se volcó en estudiar filosofía, religiones compradas y ocultismo.
https://www.nationalgalleries.org/art-and-artists/17484/saint-bride
La historia de St. Bride se encuentra a medio camino entre el mito cristiano y un cuento irlandés.
Se trata del vuelo de la Santa a través del océano desde Irlanda hasta Tierra Santa.
Saint Bride (como se le conoce en Escocia) o Saint Bridget de Kildare (como se le conoce en Irlanda) vivió, según se cree, entre 451 a 525 dC. Fue una monja y abadesa irlandesa que se convirtió en una de las patronas de Irlanda y a la que se dedicaron muchas iglesias en Escocia.
Según las crónicas, hacia el 470 d.C. fundó Kildare Abbey, un monasterio doble para monjas y monjes. La abadía de Kildare se convirtió en unas de las instituciones religiosas más prestigiosas de Irlanda y algunos expertos creen que es donde se produjo esa maravilla artística que es el manuscrito iluminado conocido como libro de Kells.
https://www.hpb.co.uk/blogs/who-was-saint-bride
En la pintura que nos ocupa, las túnicas de los ángeles que la sostienen muestran escenas de la Natividad y de la vida del Señor. Duncan trata de mostrarnos una alegoría de la revelación y la iluminación, del transporte espiritual.
Describe un transporte logrado, claro, a través de la oración, no uno resultante de un esfuerzo físico.
El autor consigue reflejar con su tratamiento del color y con la composición elegida un tránsito de gran contenido simbólico y de una prodigiosa placidez y belleza.
Se trata del vuelo de la Santa a través del océano desde Irlanda hasta Tierra Santa.
Saint Bride (como se le conoce en Escocia) o Saint Bridget de Kildare (como se le conoce en Irlanda) vivió, según se cree, entre 451 a 525 dC. Fue una monja y abadesa irlandesa que se convirtió en una de las patronas de Irlanda y a la que se dedicaron muchas iglesias en Escocia.
Según las crónicas, hacia el 470 d.C. fundó Kildare Abbey, un monasterio doble para monjas y monjes. La abadía de Kildare se convirtió en unas de las instituciones religiosas más prestigiosas de Irlanda y algunos expertos creen que es donde se produjo esa maravilla artística que es el manuscrito iluminado conocido como libro de Kells.
https://www.hpb.co.uk/blogs/who-was-saint-bride
En la pintura que nos ocupa, las túnicas de los ángeles que la sostienen muestran escenas de la Natividad y de la vida del Señor. Duncan trata de mostrarnos una alegoría de la revelación y la iluminación, del transporte espiritual.
Describe un transporte logrado, claro, a través de la oración, no uno resultante de un esfuerzo físico.
El autor consigue reflejar con su tratamiento del color y con la composición elegida un tránsito de gran contenido simbólico y de una prodigiosa placidez y belleza.
Texto y Fotos Javier Nebot.
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