"El gran dictador" (Charles Chaplin, 1940) es una de las mejores sátiras/críticas del nazismo/fascismo que se han llevado nunca a la gran pantalla.
El film fue escrito, producido, dirigido e interpretado por el gran (él si) Charles Chaplin (1889-1977). En el reparto tuvo un lugar principal la actriz norteamericana Paulette Goddard, que en ese momento estaba en la cúspide de su carrera. Ella co-protagonizó la película junto a un excelente elenco de actores.
Entre todos consiguieron una película absolutamente genial que, todavía hoy, se puede disfrutar como ejemplo de cine crítico, inteligente...y, a la vez, sumamente divertido.
Chaplin fue capaz de dejar por los suelos a personajes tan deleznables como Adolf Hitler y Benito Mussolini y, con ellos, a sus penosas ideologías (¡lástima que no incluyese a Stalin en la trama!).
En su banda sonora se escuchan, fundamentalmente, tres obras "clásicas":
-La danza húngara nº 5, en Fa sostenido mayor de J. Brahms (1833-1897), compositor sobre al que ya hemos tenido oportunidad de hablar, siquiera sea brevemente, al tratar de la música de "El árbol de la vida" (2011).
Esta composición pertenece al grupo de "21 danzas húngaras", publicadas en 1869 y basadas en temas húngaros (excepto tres que son originales de Brahms).
Concretamente, la nº 5, que Chaplin utiliza en una escena de verdadero virtuosismo cómico-actoral amenizando una insospechada escena de barbería, está basada en las csárdas (danzas folklóricas húngaras tradicionales) "Bártfai emlék" (Memorias de Bártfai), del compositor húngaro Béla Kéler (de nombre real Adalbert Paul von Keler, 1820-1882), aunque Brahms la versionó con su mejor voluntad pensando, erróneamente, que se trataba de canción tradicional.
- El Preludio de Lohengrin. Acto I, de Richard Wagner.
Los sueños de conquista del dictador histriónico -la conocida escena del Globo terráqueo- están acompañados por la melancólica y bellísima melodía del Preludio de la Ópera de Wagner "Lohengrin".
La historia del personaje homónimo está tomada de un romance medieval alemán, en particular el "Parzival", del caballero y poeta Wolfram von Eschenbach (1160-1220) y de su secuela, "Lohengrin", escrita por un autor diferente, que se inspiró en la obra "Garin le Loherain" (Garín, el lorreno), una saga familiar y heroica del siglo XII, escrita en forma de novela y poema épico con un total de, aproximadamente, 15.000 versos.
Forma parte, pues, de la tradición del "Caballero del Cisne" que narra las peripecias de un famoso salvador que viene en un bote tirado por un cisne para defender a su damisela, con la única condición de que nunca se le debe preguntar su nombre.
-El Quinteto de cuerdas en Mi mayor: Minueto, G.275, Op. 11. nº 5, de Luigi Boccherini (1743-1805).
Este Quinteto para cuerdas en Mi mayor, G.275, Op. nº 5, fue compuesto en 1771, aunque no se publicó hasta 1775. Se compone de cuatro movimientos, pero de ellos el más famoso es, sin la menor duda, el minueto.
De hecho, este minueto suele ejecutarse en innumerables ocasiones como si fuese una pieza independiente.
La letra "G", que se utiliza en las catalogaciones de las obras de Boccherini, corresponde, como en casos similares, a la inicial del apellido del musicólogo que se dedicó a catalogar todas las obras del compositor, el francés Yves-René-Jean Gérard (1932-2020), en el llamado "Catalogue of the works of Luigi Boccherini" , publicado en Londres en 1969.
Boccherini tuvo como patrón a D. Luis Antonio Jaime de Borbón y Farnesio (1727-1785), Duque de Chinchón y hermano del rey Carlos III, popularmente conocido como el "mejor alcalde de Madrid". Semejante patronazgo absorbió el trabajo musical de Boccherini que escribió casi exclusivamente para él y su aristocrático círculo.
Aunque este post está centrado en la música clásica de la banda sonora de la película, no podemos dejar de mencionar el soberbio discurso final de la misma: Una hermosa y sentida proclama en favor de la paz y del buen entendimiento: "Pensamos demasiado y sentimos muy poco".
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