Saint Paul de Vence es un pueblo muy pequeñito, de la Provenza/Riviera francesa, que conjuga diversos encantos: bellos paisajes, rincones pintorescos con edificios centenarios, arcadas, fuentes antiguas y, también, mucha actividad cultural.
Desde finales del siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX, diversos artistas acudieron allí para buscar inspiración y relajo: Matisse, Renoir, Miró, Ives Montand, Simone Signoret, Jean Cocteau...
En la actualidad, se ha vuelto un pueblo muy turístico, pero, al menos, ha conseguido mantener su esencia respetando construcciones y estilos de antaño y haciendo como leit motiv de su razón de ser, entre otras cosas, la cultura: hay en este pueblecito innumerables galerías de arte, talleres de artistas y, además, se celebran allí gran cantidad de actos culturales de todo tipo.
A la caída del Imperio romano la Provenza entró en una época de declive.
En los "oscuros" años de la Edad Media, muchos de los pueblos de la zona sobrevivieron reduciendo su tamaño y refugiándose en lo alto de alguna colina, alrededor de un castillo...tal y como hizo St. Paul de Vence en el siglo IX (de su castillo, en la actualidad, solo quedan restos del que fue su torreón).
Hacia finales del siglo XIV, el Condado de Niza se anexionó al Condado de Saboya, en el cual se sitúa St. Paul de Vence, lo que le otorgó un papel estratégico clave.
En 1482 la Provenza fue incorporada al reino de Francia y poco más tarde el rey Francisco I mandó construir las murallas que bordean el pueblo.
Hubo intención, en el siglo XIX (1873) -época de cambios y ensanches urbanos- de destruirlas, pero el alcalde de aquella época se negó a hacerlo y las compró para beneficio y disfrute del pueblo.
Durante mucho tiempo el aceite constituyó el motor económico del lugar, pero, poco a poco, St Paul de Vence se fue convirtiendo en un destino turístico muy apreciado y, tal y como he mencionado un poco más arriba, fue visitado, además de por amantes de la zona, por muchos creadores y artistas, que dieron al pueblo fama y lustre.
Como en todas las entradas de viaje, recomiendo al lector/viajero que se dejé llevar y paseé con calma por los lugares de visita, aunque -claro- nunca está de más informarse previamente un poco y tener en cuenta los principales puntos de interés.
En nuestro caso, el motivo de la visita, aparte de disfrutar de un excelente día de verano, fue presentar nuestros respetos en la tumba de nuestro admirado Marc Chagall, pero, evidentemente, St. Paul de Vence, ofrece muchas cosas de interés para los visitsantes. Entre ellas:
-La muralla del siglo XVI;
-El torreón (donjon) (siglos XII a XIV), que es la única parte del castillo que ha podido sobrevivir hasta nuestros días.
-La iglesia de Saint Paul, construida a lo largo de varios siglos por lo que constituye una curiosa mezcla de estilos
-La Iglesia de los Penitentes blancos (XVII-XXI). Durante mucho tiempo la asociación de los penitentes blancos, laicos, se dedicaron en esta iglesia a realizar obras de caridad. A principios de nuestro siglo (XXI), el edificio fue restaurado y la capilla decorada con obras del artista belga Jean Michel Folon (muestro fotos al final de este post)
-Plaza de la Grande Fontaine: Antigua Plaza del mercado que se encuentra en el centro del pueblo. Sus habitantes venían a la fuente a recoger agua y a lavar la ropa en el lavadero con arcadas.
-Cementerio de Saint Paul de Vence, en el que, come he comentado más arriba está enterrado Marc Chagall, que falleció en este pueblo en 1985 después de haber vivido en él durante veinte años (de 1966 a 1985). Desde el cementerio se puede disfrutar de unas magníficas vistas del valle y del mediterráneo.
En el interior de las iglesias se celebran, de vez en cuando, exposiciones artísticas.
El cementerio está situado el final de la Rue Grande, en la parte sur del pueblo.
Desde él, como ya he mencionado, aparte de disfrutar de unos momentos de tranquilidad, podrá ver unas excelentes panorámicas y buena parte de la muralla fortaleza que rodea St. Paul de Vence.
Al igual que otros muchos devotos de Chagall, nosotros dejamos una piedra con nuestro nombre para mostrar nuestros respetos al artista ruso-francés.
Mosaicos decorativos realizados por Jean Michel Folon, en la antigua Iglesia de los Penitentes Blancos.
Otras direcciones de interés:
Texto y fotos: Javier Nebot.
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