Hace más de cien años que se inició la Primera Guerra Mundial. Como en todas la guerras, muertes con muy poco sentido e infinita destrucción en nombre de no sé que valores y patrias (o lo sé pero prefiero evitar mezquindades).
En Gallipoli murieron muchos jóvenes de diversas nacionalidades (46.000 soldados aliados, especialmente australianos por el Imperio) que fueron enviados a la guerra inflamados por esos patriotismos decimonónicos y por rivalidades absurdas. Pero el absurdo podría trasladarse, sin duda, a cualquier escenario y al cualquier tiempo.
La película de Peter Weir se dejaba ver con agrado. En ella un joven Mel Gibson compartía protagonismo con un actor hoy menos conocido,Mark Lee.
Curiosamente, como pasa en muchos lugares una vez ha transcurrido el tiempo, no detecté cuando estuve allí más rastro de la batalla que algunos grises monumentos.
Supongo que así debe ser.
En cualquier caso, Gallipolli fue uno más de los infinitos horrores de la primera guerra mundial.
(documental sobre la batalla)
Entrada revisada a 16-04-2020
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