domingo, 23 de noviembre de 2014

Opinión personal (19): No me gusta envejecer (articulo inspirado por la cruda prosa de Marai)

No. No es el título de alguna canción del grupo Mecano.
No; se trata más bien de una vivencia atisbada por lo que veo a mi alrededor y por lo que siento en mi interior.
Leo: "Y que un hombre no es más que un hombre, un pobre desgraciado, nada más, un ser mortal haga lo que haga.....Luego envejece tu cuerpo, no todo a la vez; no, primero envejecen tus ojos, o tus piernas, o tu estómago, o tu corazón. Envejecemos así, por partes
Más tarde, de repente, empieza a envejecer el alma: porque por muy viejo y decrépito que sea tu cuerpo, tu alma sigue rebosante de deseos y recuerdos, busca y se exalta, desea el placer. 
Cuando se acaba el deseo de placer, ya solo quedan los recuerdos, las vanidades, y entonces, sí que envejece uno, fatal y definitivamente. 
Un día te despiertas y te frotas los ojos, y ya no sabes para que te has despertado; lo que el nuevo día te traiga, ya lo conoces de antemano: la primavera, el invierno. los paisajes, el clima, el orden de la vida. Ya no puede ocurrirte nada imprevisto: no te sorprende ni lo inesperado, ni lo universal, ni siquiera lo horrendo, porque ya conoces todas las posibilidades, ya lo tienes todo visto y calculado, ya no esperas nada, ni lo bueno ni lo malo.... y esto precisamente es la vejez".
Abrumadora la prosa de Sándor Marai ("El último encuentro". Ed. Narrativas Salamandra).
Abrumadora. Pero precisamente por ser en muchos sentidos rotundamente exacta.
¿No es el envejecer ese proceso de "cuerificación" que describe?
 ¿No es apergaminarse, consumirse, apagarse?
Aunque...... ¿ es sólo eso?.
A mí alrededor veo -constató- sin duda, muy diferentes formas de vivir el paso de los años, pero a medida que pasa el tiempo casi todas caen en una cierta acritud, en una extraña rigidez. 
Un peculiar tono que marca los comportamientos y las actitudes (¡benditas las excepciones!) de todos los que vamos cumpliendo años y años.
Claro que hay gente que niega ese proceso pensando que de esta forma es capaz de frenarlo o que dejará sin más de existir. Personas hay, incluso, que llegan a cambiar su propia estética e intentan remodelar su imagen en un afán de mantenerse perfectamente "estiradas". Sin embargo,los resultados son penosos, cuando no verdaderamente patéticos:¡que poco -o nada- tienen que ver con la verdadera lozanía de la juventud!. 
 Parecen no darse cuenta que para detectar lo falso, lo artificial, lo impostado, no hace falta poseer ningún "detector" especial ya que ninguna máscara es lo suficientemente perfecta como para que no se note que lo es y la ilusión resulta, por lo tanto, breve y pueril.
Como bien decía Agustín de Hipona: "lo hinchado parece más grande, pero está enfermo" y solo el iluso -o el desesperado-  es capaz  de conformarse con  parodiar de la realidad.
Triste el afán de algunos de querer aparentar lo que no se tiene, por negar con empeño la evidencia.
¿Y si somos capaces de asumir la vejez en lo que nos toca? ¿y si madurásemos con dignidad y renunciando a según qué signos de la inevitablemente perdida juventud..... tan terrible sería el escenario?
 Son muchas las presiones para encorsetarnos a jóvenes y viejos (a medida ajena por desgracia) y no todas precisamente buenas.
Es verdad, que cada vez es más difícil salir de los caminos trillados y de los estereotipos que asumen las mayorías. Todo tiende a convertir al individuo que llega a según que edad en algo tan limitado como un "abuelo-actual", o "abuelo-guardería", o un "yayo-flauta", o un "jubileta de oro" o de "mierda".... según como le toque a cada uno la eterna crisis, pero entre tanta  etiqueta castradora y limitante.....¿Dónde está realmente la sabiduría de los ancianos?
¿Qué podemos hacer los que si queremos "envejecer el alma" con cierta dignidad, destilando en lo posible algo positivo y auténtico, lejos de sonrisas profiden, alegrías forzadas y otras veleidades?
Desde luego, no nos convertiríamos en "jubiletas-Disney" (que pretenden vivir la vida en un falso cuento de hadas en "donde todo es posible") ni en niños de piel gastada; tampoco parece que amargarse sin sea una buena solución.
El camino se acaba......pero no la esperanza en profundizar en nuestro ser ni la confianza en encontrarle, al menos,  un sentido personal inequívoco a nuestra vida.
Cada uno sabrá (confío) que es lo que debe hacer para alimentar su alma y que otorga valor a su vida. No es fácil cuando todo contribuye a distraernos, pero urge que nos encaminemos hacia un verdadero sentido vital. Ya.
La otra opción, la del vacío y la máscara es desoladora.

Todas las imágenes y/o vídeos que se muestran  corresponden al artista o artistas referenciados.
Su exposición en este blog pretende ser un homenaje y una contribución a la difusión de obras dignas de reconocimiento cultural, sin ninguna merma a los derechos que correspondan a sus legítimos propietarios.
En ningún caso hay en este blog interés económico directo ni indirecto.
Texto: Javier Nebot
(Artículo revisado y actualizado a 23 de enero del 2019)

3 comentarios:

  1. Afortunadamente... el alma no envejece.

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  2. Maravillosamente optimista!!! El alma se agota si no se cuida. Hay tras libritos del psicoterapeuta norteamericano Thomas Moore -muy interesantes- en los que reflexiona sobre el cuidado del alma y como ésta tiene un lenguaje "diferente" al que tiene el espíritu o el cuerpo. Asociamos el envejecimiento a la decrepitud del cuerpo....pero es seguro que hay almas "oscuras" que atraen y solo buscan oscuridad. Probablemente eso sea lo que algunos definen como "infierno".

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  3. Yo procuro pensar que todavía quedan sorpresas, de echo lo creo firmemente, no sé lo que pensaré cuando mi cuerpo haga aguas, pero es algo que de todas formas llegará, así que no le doy vueltas, lo que sea será y que me quiten lo bailao, eso sí , me pienso marcar muchos tangos de aquí a entonces e incluso entonces.
    Creo que el alma solo envejece si la dejamos, si nos dejamos vencer por la presión social, si renunciamos a quiénes somos por cobardía o por el qué dirán, si empezamos a pensar que todo el mundo es así o asá por algunas malas experiencias que hayamos tenido; creo en la bondad intrínseca de la humanidad en general, el resto son enfermedades del alma o lecciones mal aprendidas
    También aconsejo los libros de Thomas Moore, te dan una forma diferente de ver la existencia y te ayudan a aceptar como parte de nuestra alma hábitos o comportamientos que nuestro sistema de creencias considera negativos

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