Un año más llegamos a las Fiestas Navideñas y al Fin de Año.
Si todos los años nos dejan cierta huella, por un motivo u otro, éste año será realmente inolvidable para la inmensa mayoría, teniendo en cuenta que una pandemia inesperada ha trastocado totalmente la vida de muchísimas personas y ha supuesto para un número elevadísimo de familias enfrentarse al descalabro económico, a la pérdida de la salud o, incluso, a la muerte de seres queridos.
En cualquier caso, no debemos perder la esperanza.
Si algo significa especialmente la Navidad -incluso para los que no se consideran cristianos- es, precisamente, el fin de la Oscuridad y el inicio de la Luz.
Cada uno sabrá como "arma" su corazón y como alimenta su alma, pero la Navidad implica -más allá del ridículo consumismo actual- creer que hay futuro y vida. Y si, todos esperamos y deseamos una vida mejor.
Con estas breves líneas quiero compartir con todos los lectores de este blog mis mejores y más sinceros deseos de que tanto las Navidades como la entrada en el próximo 2021, sean momentos de alegría, de disfrute, y -¡cómo no!- que sean también momentos de reflexión y de forjar nuevas esperanzas e ilusiones.
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