Películas de ambientación dieciochesca.
-continuación-
-“Diálogos de carmelitas” (1960). La religión, una de las bestias negras a abatir
según muchos ilustrados y revolucionarios, no dejó de existir ni de cuestionar la
realidad, a pesar de los intentos serios de muchos ilustrados (1). Basada en una
obra de Georges Bernanos (que a su vez se inspiró en la obra de Gertrud von le
Fort “La última del cadalso”), la película de Phillippe Agostini nos cuenta la persecución que sufrió la orden carmelita y el posterior martirio de dieciséis monjas
del convento de Compiégne, en 1794, cinco años después de que estallase la
revolución francesa.
Cartel promocional de la película.
En la película se nos muestran dos mundos contrapuestos, el reaccionario, representado por el respeto y entrega a los antiguos valores y creencias, y el
revolucionario, deseoso de crear una nueva existencia basada en valores ilustrados, además de romper con todo lo anterior. En principio, y por lo que se ve
en la película, dos mundos totalmente irreconciliables.
Diálogos de Carmelitas (1960) - FilmAffinity
Fotograma de la película Diálogo de carmelitas.
-“El capitán Jones” (1959). Dirigida por un hoy olvidado John Farrow, esta
película es un ejemplo de las habituales películas de aventureros situadas en
ambientes caribeños o en sus cercanías (en este caso las colonias norteamericanas que están a punto de declarar la guerra de la independencia). Protagonizan la historia unos marinos (con el capitán Jones a la cabeza) que a veces
actúan como piratas y a veces como elegantes caballeros. Film para públicos poco exigentes que quieran pasar el rato en
una tarde de sábado invernal y lluviosa.
Carátula en Blue-Ray de El Capitán Jones.
Cartel anunciador de El capitán Jones.
-“El pequeño salvaje” (1970). Las tesis roussonianas del “buen salvaje” tuvieron su particular constatación práctica en el caso verídico de Víctor de Aveyron,
un “niño-lobo” que apareció a finales del siglo XVIII en Francia, cerca de Toulouse, después de haber sobrevivido, por lo que parece, solo, durante años, en el bosque. Se trata de
una de las películas más celebradas de François Truffaut y en ella el cineasta trata de mostrarnos la importancia de los procesos de socialización en el ser humano, a la vez
que especula lanzando hipótesis sobre qué sucede cuando este no se produce normalmente. Film de culto.
Fotograma de la película El pequeño salvaje.
Retrato de Víctor, el niño salvaje. Del libro de Jean Itard La educación del hombre salvaje.
-“El perfume. Historia de un asesino” (2006).Versión cinematográfica de la exitosa (e hipnótica) novela de Patrick Süskind. Dirigida por Tom Tywker, la película
intenta reflejar algo excesivamente sutil como para conseguirlo en su totalidad:
el olor. Un factor muy a tener en cuenta, ya casi olvidado hoy en día, que marcó indeleblemente la realidad de las ciudades y sus habitantes. En este sentido, la película refleja
bien un ambiente que estaba dividido –y no proporcionalmente- entre la hediondez
más absoluta y los perfumes más elaborados y exquisitos (2).
Cartel anunciador de El perfume.
-“El puente de San Luis Rey” (2004). Dirigida por Mary McGuckian, se trata de
una historia ambientada en el Perú del siglo XVIII, según la novela homónima de
Thorton Wilder (ganador del premio Pulitzer en 1926). Hubo dos películas anteriores que versionaron esta novela, en 1929 y en 1944, y según algunos críticos, ésta es la peor de las tres aunque, al menos, hay que reconocerle una ambientación excelente que refleja muy bien el ambiente de las colonias americanas de España.
Cartel anunciador de la película.
-“La misión” (1986). La película de Roland Joffé incide también en el ambiente
colonial español, aunque centrándose en la labor civilizadora de las misiones jesuíticas en Suramérica y en la lucha contra el poder político de las potencias del momento que deseaban hacer y deshacer a su antojo (España y Portugal, en el contexto del Tratado de Madrid de 1750, con el que se
dirimió, siquiera momentáneamente, la disputa por la colonia del Sacramento, en
la desembocadura del Río de la Plata) (3). Esta película presenta una parte de la labor de los jesuitas en aquellas tierras, poco conocida -y menos aun reconocida, incluso en su época- ya que la atención sobre esta orden y sus actuaciones (debido en buena parte a su voto de obediencia al Papa de Roma) se centraba en su relación con el poder y con lo que se consideraban fuerzas retrógradas o involucionistas de la sociedad de la época.
La BSO de Morricone, sublime.
Fotograma de la película La misión.
Fragmento del cartel anunciador de La misión.
-Continuara-
Notas.
(1). El "calor" revolucionario y la tradicional postura inmovilista de la iglesia (de forma muy visible en la católica, pero también en otras confesiones protestantes), chocaron -especialmente al inicio- de forma previsible y en ocasiones, lamentablemente, sangrienta. Más de mil quinientos años de entender la realidad social y económica de una manera muy concreta pesaban a la hora de asumir o adaptarse a los cambios que se estaban produciendo en el siglo y que cristalizaron en el estallido de la revolución y en el subsiguiente Terror. Adentrarnos en esta lucha seria tarea mucho más ardua de lo que una imagen general -y centrada además en su reflejo en el cine- puede dar de aquella época y de esas tensiones ideológicas y existenciales (tensiones que todavía perviven, si es que no se acrecientan, en nuestra época debido a la simpleza de los populismos y su afán de crear polémicas de trazo gordo y basto).
(2) Aunque el film es ciertamente meritorio y aunque es ya un lugar común anteponer siempre
la obra literaria a su versión cinematográfica, no se puede negar que las páginas de Süskind
transmiten mucho mejor ese mundo etéreo de los olores que los fotogramas –magníficos en
ocasiones- de la película. Algo tan sensorial como el olfato parece, curiosamente, más próximo
a la literatura que a lo visual aunque estén en profunda sintonía.
(3) La expulsión de los jesuitas, orden vinculada por obediencia al Papa, y siempre asociada a
su poder político y social, es un caso históricamente complejo y digno de un estudio detallado.
La expulsión de varios países europeos y de sus respectivas colonias vino acompañada, poco
después, de la supresión de la Compañía de Jesús. Expulsión de los jesuitas de la Monarquía Hispánica de 1767 - Wikipedia, la enciclopedia libre
La expulsión de los jesuitas de España (1767) - Expulsión y exilio de los jesuitas de los dominios de Carlos III (cervantesvirtual.com)
1767: los jesuitas son expulsados de España (muyinteresante.es)
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