Montepulciano quizás sea uno de los pueblos de la Toscana que más resuenan en la cabeza de todos aquellos que sueñan en hacer un viaje a esa zona de Italia. Probablemente ello se deba a que su nombre se ha repetido infinidad de veces en telefilms o en peliculas que mitifican algunos lugares toscanos aunque, desde luego, las bellezas objetivas de esta población no decepcionan.
Sí decepciona, en cambio, la enorme densidad de turistas y las tiendas dedicadas exclusivamente a ellos (muchas con mercaderias made in china, con look pseudoitaliano) pero, claro, se supone que ese mal dificilmente se puede erradicar una vez se ha entrado en la productiva rueda de convertir los lugares con encanto en una especie de decorado para entretenimiento de viajeros ansiosos.
¡Un precio a pagar por acceder a ver aquello que todos queremos ver!.....precio que se deberá pagar en casi toda la Toscana o, al menos, en aquellos sitios que son objeto de visita obligada por parte de los tours.
Sí decepciona, en cambio, la enorme densidad de turistas y las tiendas dedicadas exclusivamente a ellos (muchas con mercaderias made in china, con look pseudoitaliano) pero, claro, se supone que ese mal dificilmente se puede erradicar una vez se ha entrado en la productiva rueda de convertir los lugares con encanto en una especie de decorado para entretenimiento de viajeros ansiosos.
¡Un precio a pagar por acceder a ver aquello que todos queremos ver!.....precio que se deberá pagar en casi toda la Toscana o, al menos, en aquellos sitios que son objeto de visita obligada por parte de los tours.
Montepulciano (14.000 hab. aprox), se eleva sobre una estrecha franja caliza a más de seiscientos metros sobre el nivel del mar lo que la convierte en una de las poblaciones a más altura de la Toscana.
De orígenes etruscos, fue reconstruida a lo largo del tiempo según las necesidades de sus respectivos dueños hasta que, a principios dle quinquecentto, Cosme I dió orden de transformarla en una población fortificada.
Callejeando fuera de la via del Corso -la calle principal que sube hasta la plaza Mayor que se situa en lo más alto de la colina- se puede respirar un aire algo más tranquilo y disfrutar de las hermosas vistas al valle circundante.
En una visita a Montepulciano uno no se puede perder la iglesia de San Agostino (construida por Michelozzo en 1427), el Palazzo Comunale (al que el mencionado Michelozzo añadió una torre y modificó la fachada), la iglesia gótica de Santa Maria dei Servi y, naturalmente, el Duomo (realizado entre 1592 y 1630 por Ippolito Scalza).
Si entre monumento y monumento quiere descansar un poco y si le gusta el vino, no dude en probar el Vino Nobile, pero tenga en cuenta a la hora de comprarlo que, al igual que como sucede con el afamado Brunello de Montalcino, hay muchas calidades y las aceptables no son baratas.
La luz del interior del Duomo y las precariedades de mi equipo fotográfico no me permitieron hacer una foto aceptable del triptico de Taddeo di Bartolo (1401) situado en el altar mayor, pero esta Asunción de la Virgen tiene la belleza suficiente como para dedicarle cierto tiempo a su contemplación.
La fachada del Duomo está inclonclusa y puede disuadir de la visita al no ser un monumento destacado pero en su interior, sencillo, sin alardes, sí hay obras de interés.
En agosto, mes habitual de fiestas populares, se celebran en Montepulciano, dos festivales: el de Bruscello (14 a 16) y el Bravio delle Botti, (del que salian algunas escenas de lanzamiento de banderas en la pelicula Bajo el sol de la Toscana) el último domingo del mes.
Texto y fotos: Javier Nebot
Muy bien filmado el mini video sobre la Toscana de Alex Marchi con tomas de Montepulciano y otros núcleos de la zona.
Muy bien filmado el mini video sobre la Toscana de Alex Marchi con tomas de Montepulciano y otros núcleos de la zona.
Cuando decimos que está en un lugar elevado, no es broma, las cuestas cuestan, ahí comprendí yo el origen de la palabra.
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