Jean Absil fue uno de los compositores belgas
más destacados de todo el siglo XX, representante de una escuela que buscó conciliar
la tradición musical con las nuevas corrientes europeas del modernismo. Su
obra, vasta y diversa, se extiende desde la música sinfónica y coral hasta la
de cámara y la pedagógica, y refleja tanto un apego a la herencia cultural de
su país como un espíritu abierto a la innovación.
Nació el 23 de octubre de 1893 en Bon-Secours, Bélgica.
Desde muy joven mostró un talento especial para la
música, lo que lo llevó a ingresar, en 1913, en el Conservatorio de Bruselas, una de las
instituciones más prestigiosas del país. Allí estudió órgano con Alphonse Desmet (aunque previamente ya había recibido lecciones de Alphonse Oeyen, organista de la Basílica de Bon-Secours), piano, composición y contrapunto/fuga con Charles Léon Du Bois (1859-1935) y armonía y orquestación con Paul Gilson (1865-1942), quien ejerció una influencia decisiva sobre su
orientación estética.
Alphonse Desmet - Wikipedia, la enciclopedia libre
Léon Du Bois - Wikipedia, la enciclopedia libre
Paul Gilson (compositor) - Wikipedia, la enciclopedia libre
Su formación inicial lo vinculó a la tradición organística, pero pronto reveló una clara vocación por la composición. En el Conservatorio prosiguió sus estudios de contrapunto y fuga con figuras de renombre, alcanzando en 1922 el Segundo Premio de Roma belga, por su obra "The War" Op.2.
Este galardón le permitió ampliar horizontes artísticos. Gracias a este reconocimiento, Absil pudo viajar y entrar en contacto con los centros neurálgicos de la música europea, especialmente París, ciudad en la se impregnó de las nuevas corrientes estilísticas y en la que pasó algunos años. Allí ganó el Premio Rubens en 1934 y fundó la Revue Internationale de Musique en 1938. En 1936 fue nombrado profesor de armonía práctica del Conservatorio de Bruselas.
Como líder de grupo denominado La Siréne se esforzó en dar a conocer a sus coetáneos la música contemporánea.
El periodo parisino fue decisivo en su evolución. Allí
conoció de cerca la obra de compositores como Igor Stravinski, Arthur Honegger,
Darius Milhaud y Paul Dukas. La estética neoclásica, el color orquestal de la
escuela francesa y, en general, la búsqueda de un lenguaje moderno, pero
estructurado, dejaron una huella profunda en él.
Absil no se adhirió ciegamente a ninguna corriente,
sino que asimiló diversos elementos y forjó un estilo personal. Se interesó por
el uso de las politonalidades, las escalas modales y las estructuras rítmicas
complejas, siempre con un cuidado especial por la claridad formal. Aunque su
música nunca fue radicalmente vanguardista, sí se situó en la avanzada de su
tiempo, equilibrando tradición y modernidad.
La obra de Absil es muy amplia, con más de 160 opus catalogados. Su producción abarca prácticamente todos los géneros:
-Música orquestal: destacan varias sinfonías, que reflejan la influencia del neoclasicismo y del color orquestal francés. También compuso poemas sinfónicos y conciertos para diversos instrumentos.
-Música coral y vocal: Absil mostró gran afinidad por la voz, tanto en obras corales a capela como en cantatas y ciclos de canciones. Su escritura para coro combina la riqueza armónica con un tratamiento expresivo de la palabra.
De 2de Adem - Sous le pont Mirabeau - Jean Absil
Le bestiaire - Jean Absil - Doulce Memoire
Le chant à l’école, Op. 144: Poisson d’argent
Cultivo también con frecuencia la música de Música de cámara, componiendo cuartetos de cuerda, tríos, sonatas para instrumentos solistas y piezas breves. Estos trabajos se caracterizan por un contrapunto sólido y una invención melódica refinada.
Jean Absil: Suite sur des thémes populaires roumaines
NDSU Sax Quartet | Jean Absil - Suite d’apres le Folklore Romaine V. Rude et fortemente rhythmé
Maria-Magdalena Kaczor with Kamil Przygoda play: Jean Absil - Sonata op. 115 during his recital.
Absolution Saxophone Quartet - Movement 4 - Jean Absil, Suite sur des Themes Populaires Roumaines
Y por descontado, dado su origen como organista, Absil dedicó especial atención a este instrumento y sobre todo al piano. Sus piezas pianísticas, algunas de gran virtuosismo, exploran texturas densas y ritmos incisivos.
Jean Absil - Échecs (suite pour piano)
Sonatine, Op. 27: I. Allegretto
Un rasgo notable en su catálogo es la atención a la
música con fines pedagógicos, lo que refleja su vocación didáctica. Muchas de
sus piezas para piano, por ejemplo, fueron concebidas como estudios que
combinan la utilidad técnica con un valor artístico intrínseco.
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Agradezco a mi amigo Miguel de la Concepción sus siempre interesantes publicaciones y su incansable afán difundir sus conocimientos musicales.
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