Esta sección debe considerarse propia de mentalidades ADULTAS y formadas pero, si con todo, le molesta la exhibición del cuerpo humano desnudo o en situaciones de erotismo explícito, por favor, opte por mirar otras secciones de las muchas que hay en este blog y que pueden ser más adecuadas a sus intereses personales.
Como es casi imposible medir el nivel de sensibilidad o estupidez de cada individuo, prefiero ir a lo seguro y clasificar este sitio como adecuado solo para adultos.
Aunque ese término es todavía etéreo y nebuloso para mí, la advertencia deja claro que la responsabilidad sigue siendo del espectador.
- Por la propia idiosincrasia de esta sección se muestran aquí, en muchas ocasiones, materiales sensibles, por lo tanto, si eres menor de edad o te desagrada ver este tipo imágenes, por favor, cierra la ventana.
Creo que las excesivas ganas de controlar y uniformar la expresión de esos movimientos -cuando no el pensamiento de los mismos- por parte de quienes se atribuyen su liderazgo, me impiden solidarizarme totalmente con ciertas expresiones concretas de los mismos y con determinados gestos reivindicativos.
Desde mi punto de vista, en general -y siempre hay, por descontado, elegantes excepciones- los imperativos y las formas que se utilizan me recuerdan demasiado otras experiencias sociales de control que, históricamente, poco o nada bueno han concedido a la humanidad.
Diversidad, por descontado; pero también en la manera de vivirse y expresarse aunque se esté fuera de las consignas y proclamas imperantes y no se quiera caer en el purismo -y puritanismo- ideológico que suele ser -siempre- muy estrecho.
En cualquier caso dejemos fuera circunloquios micro- políticos porque este es un blog que pretende ser un foro de difusión de creaciones culturales y no uno de discusión política.
No es que sea una batalla nueva: artistas de todas las épocas la afrontaron y desde luego muchas de las grandes obras del arte occidental tienen al hombre como motivo principal de desarrollo, pero entre los pudores históricos derivados de determinadas costumbres sociales y sobre todo religiosas y las melindrosas actitudes culturales decimonónicas se acabó cosificando históricamente el cuerpo de la mujer, convirtiéndolo en poco menos que el único receptáculo posible y aceptable de la belleza humana (¡todavía se pregunta si la niña es "guapa" y el niño "inteligente"! ¡Que horror!)
El cuerpo femenino, idealizado o no, mutó en "fetiche" socioérótico respetable y "disfrutable" por todos. En sentido contrario, parece que se condenó en el desnudo masculino -y por lo tanto a la obscena exhibición de sus partes pudendas- todo lo inapropiado, feo y, por lo tanto, ocultable cuando no se le consideró simplemente impúdico como si el sexo masculino fuese per se poco menos que la encarnación de las pasiones más viciosas, incontrolables y desenfrenadas que pudiesen existir y no la contraparte necesaria y complementaria a lo femenino.
Sin duda éste ha sido un logro del que si se puede estar orgulloso, y del que podemos disfrutar todos independientemente de la condición sexual o ideológica de cada uno.
El Fauno Barberini
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