Esta sección debe considerarse propia de mentalidades ADULTAS y formadas pero, si con todo, le molesta la exhibición del cuerpo humano desnudo o en situaciones de erotismo explícito, por favor, opte por mirar otras secciones de las muchas que hay en este blog y que pueden ser más adecuadas a sus intereses personales.
Como es casi imposible medir el nivel de sensibilidad o estupidez de cada individuo, prefiero ir a lo seguro y clasificar este sitio como adecuado solo para adultos.
Aunque ese término es todavía etéreo y nebuloso para mí, la advertencia deja claro que la responsabilidad sigue siendo del espectador.
- Por la propia idiosincrasia de esta sección se muestran aquí, en muchas ocasiones, materiales sensibles, por lo tanto, si eres menor de edad o te desagrada ver este tipo imágenes, por favor, cierra la ventana.
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Cualquier manifestación de arte gay, por poner solo un ejemplo -aunque se podrían mencionar otros muchos- será aceptada sin más como legitima expresión de una deuda ancestral y, por lo tanto, será digna, cuando menos, de reconocimiento moral y aplaudida, posea o no virtudes artísticas.
Sin embargo, cualquier manifestación de arte provocativo heterosexual despertará, salvo excepciones, las furias más vehementes porque se leerá con las gafas de la manipulación sexista, el sesgo machista, el espíritu imperialista y dominador y no se sabe que horrores más, sea cuales sean las intenciones de su creador.
Personalmente, siempre he creído en la libertad del arte y del artista para mostrarnos su visión de la realidad desde el ángulo que a él le parezca más oportuno (convencional o provocativo, cuestionador de la realidad o complaciente con ella, figurativo o abstracto, desde la belleza o desde el horror etc). El creador establece una comunicación tan subjetiva y especial con el observador, un vinculo tan misterioso entre su obra y la realidad que sería monstruoso -eso sí- coartarla en nombre de purismos ideológicos o de censuras fundamentalistas.
Es verdad que, históricamente, pocos se han resistido a intentar cortar las alas a los creadores (recordemos el odio de nazis y comunistas hacia el arte degenerado) o, al menos, dominarlos para su particular uso ideológico.....pero, parecía que en las últimas décadas, en occidente, se había avanzado hacia la plenitud de la libertad expresiva, digo parecía porque de nuevo han surgido sectores interesados que quieren establecer la dictadura de su manera de pensar -o de no pensar- sobre los demás. Una verdadera pena, y más todavía cuando este invierno puritano proviene de sectores que dicen avalar el "progreso", aunque es de suponer que, finalmente, la libertad se impondrá a pesar de cortapisas y anatemas porque si algo ha demostrado la historia es que un arte constreñido a ideas estrechas o panfletarias suele tener poco recorrido: la gente que admira el arte tiene ansia de libertad y ganas de disfrutar de una expansión imaginativa del mundo; no desea tiranos que le digan qué o cómo se debe sentir o qué debe ver o no ver, ni flamígeros que nos tomen a todos por tontos porque ellos -en su necedad- crean que nadie es capaz de distinguir lo bueno de lo malo sin su fanática guía -cada uno a su nivel- . Por lo visto sin sus particulares gafas nadie sabe lo que le gusta o desea ni lo que rechaza o simplemente le repugna. Les parecerá increíble, pero la mayoría del personal NO quiere que le marquen los oráculos de lo políticamente correcto lo que deben hacer, ver,oir o sentir.
Dicho esto, muestro aquí hoy, en esta sección de obras de arte provocadoras, el trabajo
del japonés Hideki Koh, un trabajo que se mueve en esa fina línea que separa el arte erótico de la pornografía, pero como perteneciente al colectivo homosexual, sus obras han causado menos polémica que, por poner un ejemplo, las de su paisano, Nobuyhosi Araki, que recibió todas las iras del feminismo japonés.
( https://ociointeligenteparavivirmejor.blogspot.com.es/2014/02/la-obra-provocadora-4-sexo-y-muerte-en.html )
Desde mi punto de vista, es legítima -desde luego y por eso la expongo sin reparos- la expresión de su mundo erótico o sexual (¡adultos, somos!) y no solo eso, creo que es esencial que Koh, como cualquier otro creador (y en esta sección hemos mostrado muchos) tenga la valentía de transmitir su visión -cualquier visión- y que sea su calidad o falta de ella, el placer o el disgusto que provoque en el publico, el que marque su éxito o fracaso.
En sus obras, inequívocamente referidas a la estética japonesa -algo occidentalizada, quizás-, Hideki Koh nos muestra desinhibidamente a adolescentes, casi siempre vestidos de la forma tradicional, a veces en poses de cierta ternura a veces con descarado erotismo, pero siempre cuidando la delicadeza de la puesta en escena, haciendo gala de un dibujo minucioso y limpio y de un uso del color realmente envidiable.
Muchos de sus dibujos me encantan, hay una maestría y una delicadeza en su ejecución y expresión que me cautiva.
ResponderEliminarEs tan delicado que aún las escenas más fuertes cautivan
ResponderEliminarSin duda tiene una fuerte carga provocativa pero pienso como tú que su tratamiento hace del homoerotismo, arte. saludos
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