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miércoles, 11 de junio de 2025

Momentos de cine (118): Ridicule (Patrice Leconte, 1996)

El siglo XVIII francés ha sido llevado varias veces al cine de formas muy diferentes y por directores a cuál más distinto.
Patrice Leconte, que es un director hábil y muchas veces con una potente mirada critica/satírica, opta por mostrarnos en este film algo esencial en los círculos sociales y aristocráticos de esa época: la necesidad imperiosa de tener un verbo ocurrente, de un ingenio rápido y sagaz para destacar y sobrevivir en un mundo que, sin duda, tiene muchas luces pero que era, en muchos aspectos, nata de Chantilly (poca sustancia y en cantidad, indigesta). Una civilización que, sin desdeñar muchos de sus puntos positivos -que los tuvo-, acabó siendo un muestrario de pelucas extravagantes sobre cabezas huecas que buscaban más el placer que el esfuerzo, más el decorado y la ostentación que la profundidad, y- claro- más los pasteles que las tortas... lo que la llevó a una escabechina final de antología (histórica, social y cinematográfica, muy cinematográfica)




Los intérpretes principales fueron:  
Charles Berling
Fanny Ardant,
Jean Rochefort, (1930-2017)
Judith Godrèche,












Todas las imágenes y/o vídeos que se muestran  corresponden al artista o artistas referenciados.
Su exposición en este blog pretende ser un homenaje y una contribución a la difusión de obras dignas de reconocimiento cultural, sin ninguna merma a los derechos que correspondan a sus legítimos propietarios.
En ningún caso hay en este blog interés económico directo ni indirecto.

sábado, 11 de marzo de 2023

Momentos de cine (117): La mujer del teniente francés (1981). Karel Reisz.


Karel Reisz dirigió "La mujer del teniente francés" en un ya muy lejano 1981.
La película, ambientada en 1867 en un pequeño pueblo costero de Inglaterra, nos narra la historia del caballero Charles Smithson (Jeremy Irons), aficionado a la paleontología, el cual está prometido con una joven dama, Ernestina (Lynsey Baxter). 
Un día, paseando en una de sus excursiones, Charles se encuentra con una enigmática mujer, Sarah Woosrof (Meryl Streep). Ésta se haya como alma en pena porque tuvo un romance con un teniente francés que, posteriormente, la abandonó. Esto hizo que, en una época densa socialmente, se convirtiese en la comidilla del pueblo. 
Pero, pese a rumores y prejuicios, surge el amor entre ambos (un amor que chocará con la rígida moral victoriana de la época) y hará que Charles decida romper su compromiso con Sarah.

El film es la adaptación cinematográfica de la novela del mismo nombre escrita por John Fowles (1926-2005) quien, junto con el dramaturgo Harold Pinter (1930-2008), firma el guion.




Hilton MacRae; Emily Morgan;  Charlotte Mitchell; Lynsey Baxter; Jean Faulds;
Peter Vaughan; Colin Jeavons; Liz Smith; Patience Collier; John Barett.


Música: Carl Davis.

Fotografía: Freddie Francis.


En los años 80 del pasado siglo parece que se puso de moda realizar adaptaciones de algunas grandes novelas de escritores victorianos (D.H. Lawrence o Thomas Hardy, por ejemplo), pero uno tiene la impresión (a tiro hecho, claro) de que se llevaban a la gran pantalla más por el placer estético y por un afán reconstruccionista del pasado que porque aportasen en si mismas algo nuevo al espectador de nuestra época. 
La novela de John Fowles, escrita en 1969, juega a ser un novelón de los de antaño, pero incorpora matices importantes que hacen de su lectura y de su adaptación al cine, una experiencia, todavía hoy, válida e interesante.
Desde luego, el afamado escritor inglés no es nuevo en eso de acercar su literatura al cine: Tanto "El coleccionista" como "El Mago" fueron llevadas a la pantalla con anterioridad, con bastante éxito, por William Wyler y Guy Green, respetivamente.




En cualquier caso, no se trata solo de una adaptación literal al cine ya que no podemos olvidar que en esta película también ha participado en el guion Harold Pinter y éste ha optado por apartarse algo del texto original en un intento de ofrecer en este largometraje referencias más actuales y un aire de mayor autenticidad, aunque no sé si con excesivo éxito.
Se muestran al espectador dos historias de amor en paralelo, la de los personajes de la novela y la de los actores que encarnan a dichos personales en el film. 
Este duelo confrontativo no siempre ha sido bien trazado y a veces resulta algo mecánico o forzado. 
De hecho, la historia decimonónica, resulta en muchos aspectos bastante más atractiva y llena de matices, que la contemporánea que queda reducida a un esquematismo bastante básico en su intento de mostrar las hipocresías sociales, lo que, ciertamente, le hace perder interés.
El intento de entrecruzar historias no es nuevo, desde luego, pero en esta ocasión ni Reisz, ni Fowles ni Pinter consiguen, con el particular patchwork que elaboran, crear nada especialmente original. 
Esto no quiere decir que estemos ante una mala película. Sus actores principales (Irons y Streep) destilan magnetismo, el resto del reparto no desmerece en sus interpretaciones, la puesta en escena y la fotografía son absolutamente irreprochables: Todo ello hace que todavía tenga cierto interés ver "La mujer del teniente francés" y leer la novela en que se basa.







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viernes, 18 de noviembre de 2022

Momentos de cine (116): El príncipe de las mareas (Barbra Streisand, 1991).


Hace ya un tiempo escribí, en esta misma sección, una reseña sobre una película dirigida también por un actor (en este caso una actriz) y que trataba, curiosamente, sobre un tema muy similar: las dificultades de las familias no convencionales para sobrevivir a sus propias historias.
Esas historias, de familias infelices, son, ciertamente, muy diferentes y la forma de contárnoslas por parte de sus directores, Redford y Streisand, también lo son, pero me llama la atención el interés que ambos han mostrado por estos temas. 
Ambas películas tienen méritos y virtudes y, por descontado, defectos. Pero el objetivo de esta entrada es analizar, aunque sea brevemente, la película que nos ocupa y no hacer una comparativa entre ambas, cuestión que dejo al aficionado al cine y a estos temas "psicológicos".


"El príncipe de las mareas" nos cuenta la historia de Tango Wingo (Nick Nolte), un profesor de literatura y entrenador de fútbol americano, cuya hermana melliza, Savannah, una famosa poetisa, ha intentado suicidarse (otra vez). 
Tom sale de su ambiente habitual (sureño) y se traslada a Nueva York para ayudar a la psiquiatra que está tratando a su hermana, Susan Lowenstein (Barbra Streisand). 
Su papel será reconstruir parte de la memoria de Savannah pues ésta se encuentra en un estado disociado que impide cualquier colaboración por su parte. Como es lógico y de esperar, Tom acaba despertando sus propios fantasmas y necesitando la ayuda, a diversos niveles, de la psiquiatra neoyorkina, con la que vivirá un breve romance (la Streisand es mucha Streisand).

(8103) The Prince Of Tide /1991/ trailer - YouTube


La película es una adaptación de la novela (buena: bien narrada y entretenida) del mismo nombre escrita por el novelista norteamericano Pat Conroy-


Intérpretes:  Barbra Streisand, Nick Nolte, Blythe Danner, Kate Nelligan, Jeroen Krabbé, Melinda Dillon.
Dirección y producción: Barbra Streisand.
Guion: Pat Conroy y Becky Johnson.
Fotografía: Stephen Goldblatt.
Música: James Newton Howard.
(Una de esas bandas sonoras que uno no se cansa nunca de escuchar).
Duración: 129 minutos.

(8229) Rare! "The Prince of Tides" Behind The Scenes (Featurette) - YouTube


Desde luego, como bien reseñaba hace años Manuel Hidalgo, la familia que protagoniza esta película nada tiene que ver con otras familias de cine y mucho menos aun con ese prodigio de dulzura, compresión y felicidad que se nos mostraba en "¡Qué bello es vivir!" de Frank Capra: una película con la que todos hemos llorado a moco tendido -¡confiésenlo!- cada vez que TVE la reponía (casi siempre en temporada navideña, época en la que todos tenemos el corazón predispuesto a todo tipo de sobredosis emocionales).
 Aqui, en El príncipe de las mareas, uno puede llorar si es de lágrima fácil o muy empático con la historia que se nos cuenta, pero serian lágrimas diferentes -creo- a las que nos provoca el inmortal melodrama de Capra.

El tema de la familia, de hecho, podría constituir por sí mismo, todo un género cinematográfico
He mencionado al principio de este post la película "Ordinary people", pero podría haber señalado muchas más, como "Revolutionary road", "Agosto", "Pequeñas Miss Sunshine", "A casa por Navidades" etc. y también, claro, películas amables y edulcoradas, como esas que se empeñan en ponernos en televisión los domingos a la tarde para que no se nos corte la digestión, mientras intentamos echar una siesta en el sofá.

La película que nos ocupa es, sin duda, del primer lote, de las películas intensas, dramáticas, con historias duras y protagonistas heridos. 

Si para algunos fuera de la familia no hay salvación (Dios los tenga en su gloria) ...para otros la familia es puro infierno, la causa de graves traumas y de conflictos eternos: carne, pues, de eterno psicoanálisis (ahorren, si es su caso, porque no es nada barato).


En "El príncipe de las mareas", la familia de Wingo (Nick Nolte), no se priva de nada, en el peor de los sentidos: Henry, el padre, es un pescador de camarones alcoholizado y violento. Un mastuerzo de oposición, empeñado y regodeado en ello. La madre Lila (una excelente Kate Nelligan), parece una mujer fuerte y fría, incapaz de transmitir a sus hijos la sensación de protección y amor que estos necesitan. 
Los hijos, ¡ay los hijos!, lo pasan de todos los colores, pero fundamentalmente mal.
La hermana de Tom, Savannah, como he comentado al principio acaba, con tanta peripecia emocional extrema, entrando en un estado de locura que la doctora Susan Lowenstein (la Streisand) intentará frenar -y curar- trabajándose a su hermano (en diferentes sentidos).

 (8103) EL PRÍNCIPE DE LAS MAREAS de BARBRA STREISAND 1991 - YouTube

La psiquiatra, Lowenstein, de ahora en adelante en la intimidad y en lo profesional, hace lo que puede. Trabaja el pasado y, cuando le es posible, el presente. 

En su vida, ya se sabe, también se cuecen habas (el dicho popular es sabio: "En todas partes cuecen habas y en mi casa a calderadas"). 

La dama, profesional de pro, estilosa y forrada, vive en lo mejor de New York y se codea, por lo tanto, con los "mejorcito" de la society. Está casada con un violinista de gran éxito que se la pega con la pianista que le acompaña. Tiene un hijo adolescente (interpretado por el propio hijo de la Streisand), pelín errático, que no sabe si posicionarse hacia el violín de papá, o al gusto de mamá por el fútbol americano.

Entre tanta confesión de diván, la psiquiatra y el entrenador se enamoran. Inteligencia y fuerza bruta (aunque sensible) encuentran acomodo al calor de las confidencias más íntimas.

Pero en el largometraje pasan muchas más cosas, véanlo. 

Ha envejecido aceptablemente y, además, sufrir un poco en el cine, nunca viene mal. Libera mogollón y sale, desde luego, mucho más barato que realizar un psicoanálisis para desahogarse. 

La película es en algunos momentos algo artificial, pero ya se sabe que la realidad, en el cine, hay que adulterarla un poco para que resulte creíble y, sobre todo, interesante. 

El realismo crudo y seco sería válido para la ortodoxia del fenecido arte marxista (Dios tenga en su gloria) ...pero es muy poco digerible en tiempos tan emocionales como los que vivimos, salvo, claro, para los dogmáticos irredentos (que de todo hay entre los amantes del cine). 

Además, plus extra para los fetichistas de estrellas, podrán disfrutar de las largas uñas de la Streisand: ¡unas uñas que para sí quisiera el mismísimo Fumanchu!

(8228) The Prince of Tides (1991) - Dog Food Dinner Scene | Movieclips - YouTube

(8228) The Prince of Tides (1991) - Cheating Wife Scene | Movieclips - YouTube

(8228) The Prince of Tides (1991) - Hitting on His Therapist Scene | Movieclips - YouTube

(8228) The Prince of Tides (1991) - A Few Simple Questions Scene | Movieclips - YouTube

(8229) The Prince of Tides (1991) - Just Let It Go Scene | Movieclips - YouTube

(8229) The Prince of Tides (1991) - I Like Adultery Scene | Movieclips - YouTube

(8228) El príncipe de las mareas, escena stradivarious - YouTube


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viernes, 16 de julio de 2021

Momentos de cine (115): Regreso a Howards End (Reino Unido, 1992).


Adaptación de la novela de E. M. Forster a cargo de Ruth Prawer Jhabvala, dirigida por el siempre correcto, solvente y preciso James Ivory. El film consiguió tres Óscars: uno por su dirección artística (impecable), otro por el guion adaptado y un tercero para su actriz protagonista, Emma Thompson.
Junto a ella destacaron -como siempre- Vanessa Redgrave y Anthony Hopkins.
Música de Richard Robbins.


Esta película es la tercera adaptación de una novela de E. M. Forster realizada por Ivory.
En ella, como en todas las anteriores,  Ivory nos muestra una crítica sutil a una sociedad que habitualmente mantiene las formas y normas sociales (lo cual parece que le da un plus de respetabilidad), pero que incurre -demasiadas veces- en abusos y privilegios de clase.
Probablemente, el mayor valor del film estribe en las interpretaciones de sus protagonistas.



















Mini serie: 

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