Alice Neel fue una pintora estadounidense que alcanzó gran notoriedad y reconocimiento por su uso expresionista de la línea y el color y por la profundidad psicológica y emocional de sus retratos.
Fueron éstos los que más predominaron entre sus obras y los que, en cierta medida, determinaron su poderoso estilo.
Amigos, familiares, amantes, gente conocida y personas extrañas, fueron objeto de su mirada entre analítica y sentimental, entre reflexiva y emocional.
Intentó reflejar en sus lienzos el alma de sus modelos.
Estudió en la Escuela de Diseño para Mujeres de Filadelfia (en la actualidad Universidad de Arte Moore). En 1925 recibiría el Premio Kern Doge a la mejor pintura, dentro de la modalidad de pintura natural.
En 1925 se casó con el artista cubano Carlos Enríquez y se fue a vivir con él a La Habana, ciudad en la que nacería su primer hijo. En 1927 se mudaron a New York, ciudad en la que, lamentablemente, moriría su hijo de difteria.
Un año después nacería su segunda hija.
En estos años por varios motivos -entre los que se pueden incluir dificultades de relación con su marido, ya que pasaban largas temporadas separados- Alice sufrió una fuerte depresión nerviosa y tuvo que ser ingresada en diversas instituciones.
En 1932 decidió convivir con otro hombre, pero dicha convivencia no fue lo que se dice precisamente pacífica ya que éste destruyó mas de 60 cuadros y 300 dibujos de la artista.
Con todo, Alice Neel no dejó nunca de pintar, aunque fue en los años sesenta, quizás un poco tardíamente, cuando empezó a recibir la atención y el reconocimiento que merecía.
En los años setenta se doctoró con honores en la mencionado Universidad Moore.
Las exposiciones retrospectivas empezaron a ser frecuentes y su obra fue mucho más conocida por el gran público, tanto norteamericano como internacional.
Aunque en ocasiones pintaría paisajes, tanto rurales como urbanos, el grueso de su obra está formado, como he mencionado más arriba, por retratos. Por lo que parece a ella no gustaba utilizar este término, pero es el que más sencillamente refleja, de forma coloquial, su interés por la gente.
Plenamente convencida de que cada persona tienen una identidad, una personalidad única, intentaba reflejar en sus lienzos esa realidad psicológica y vital.
Todas las imágenes y/o vídeos que se muestran corresponden al artista o artistas referenciados.
Su exposición en este blog pretende ser un homenaje y una contribución a la difusión de obras dignas de reconocimiento cultural, sin ninguna merma a los derechos que correspondan a sus legítimos propietarios.
En ningún caso hay en este blog interés económico directo ni indirecto.
Javier Nebot
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